Como ya ocurriera en la investidura, el acercamiento de posturas entre PSOE y Junts que salvó los decretos in extremis en el Congreso tiene un nombre propio y ese es el de Santos Cerdán. El secretario general de los neoconvergentes, Jordi Turull, no ha escatimado en halagos hacia el número tres de Pedro Sánchez, concediéndole todo el “mérito” positivo de que las negociaciones desencallaran y facilitaran la primera gran victoria del Ejecutivo de la legislatura. “A veces encuentras interlocutores con quienes puedes hablar de forma honesta y ponerse a ello”, ha puntualizado ante los micrófonos de Catalunya Rádio.

A medida que avanzaba el tiempo, el miércoles se tornaba negro para el Gobierno. Se barruntaba una derrota en el primer round de la legislatura, pero todo cambió. “Todo puede pasar”, verbalizaba en los pasillos del Congreso hasta el último representante socialista. Fe ciega en sacar adelante al menos dos de los grandes decretos – el ómnibus y el anticrisis-, con la certeza de que el subsidio decaería por obra y gracia de Podemos. Y así ocurrió. Los socialistas salvaron el match ball a pesar de las advertencias de Junts, a quienes arrastraron finalmente hacia una abstención técnica que permitiría extender las iniciativas de protección social.

Un triunfo que tiene un nombre propio: Santos Cerdán. El secretario de Organización del Partido Socialista se ha convertido en el fontanero de confianza de los de Ferraz. Ya fue crucial en las negociaciones que allanaron el camino a Sánchez para su coronación en noviembre, también con Junts presente y siendo parte capital. De hecho, los neoconvergentes ya reconocieron el papel jugado por el número tres del PSOE en aquellas conversaciones nocturnas de café y toneladas de papeles sobre la mesa. Ahora lo han vuelto a hacer.

En declaraciones a Catalunya Rádio, después de la maratoniana jornada en el Senado -trasladada allí por las obras en el Congreso-, Jordi Turull ha puesto el foco sobre la figura de Cerdán. El acuerdo llegó en el tiempo de descuento, fruto del trabajo en la sombra de la mano izquierda de Sánchez en el PSOE, que pasó el pleno con el móvil como una extensión de sí mismo y con reiteradas entradas y salidas del Hemiciclo para consumar la remontada. El secretario general de Junts celebraba que los socialistas se diesen cuenta de que mantienen sus posiciones “hasta el último minuto”. “No hay mal que por bien no venga”, ironizaba el dirigente independentista tirando de refranero patrio.

Junts pasó de un ‘no’ rotundo, que hubiese caído como jarro de agua fría en Ferraz y Moncloa, a una abstención que colocaba a los socialistas como los grandes triunfadores de la jornada. El secreto fue Santos Cerdán, a quien Turull concede el “mérito en positivo” de las negociaciones. “A veces encuentras interlocutores con quienes puedes hablar de forma honesta y ponerte a trabajar”, ha sentenciado el dirigente de la formación que encabeza Carles Puigdemont desde Bruselas, avanzando en paralelo una próxima reunión entre ambas formaciones como parte del acuerdo de investidura de Sánchez. Sobre la cita, sin embargo, Turull ha evitado entrar en detalles, justificando la ausencia de explicaciones en la necesidad de envolver estos encuentros con un grueso manto de discreción.

El pacto

La abstención de los soberanistas no salió gratis, sino que derivó de un pacto por el que Junts ha arañado, entre otras cuestiones, el traspaso de competencias en materia de inmigración a la Genaralitat de Catalunya, vía remodelación del artículo 150.2 de la Constitución a través de una Ley orgánica propia para la autonomía. Según explicó la propia formación, las partes acordaron la supresión de la reforma del artículo 43 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal en el plazo de enmiendas que se abra tras la convalidación del decreto ómnibus.

Otro de los puntos del acuerdo pivota sobre la publicación de las balanzas fiscales, pues Junts reclamaba que su publicación se realizase de forma inmediata; además del compromiso adquirido de que el aceite pase a engrosar la lista de alimentos esenciales y reduzca su IVA del 5 al 0%. A pesar de las reticencias iniciales, el PSOE aceptó la reforma de la ley de sociedades de capital para revertir el real decreto del PP en 2017, con el fin de allanar el camino de vuelta de las empresas a Cataluña tras el procés. En resumen, una batería de medidas que ensanchan el autogobierno del Ejecutivo regional.