El Congreso de los Diputados ha sido este jueves el escenario principal de Sonrisas y lágrimas. Y es que aunque el parlamento nacional no es un cine nunca el título de una película ha revelado con tanto ajuste lo que se ha vivido a nivel político, donde las caras de unos y otros eran una clara muestra de las distintas sensaciones. Mientras los nuevos diputados del PSOE lucían semblantes brillantes desde primera hora de la mañana a su entrada al Hemiciclo, los del Partido Popular eran todo un poema, especialmente al terminar una primera sesión de la legislatura que aparentemente ha tumbado el proyecto popular.

El plot twist mañanero que ha protagonizado Junts per Catalunya apoyando a los socialistas en las votaciones para la constitución de las Cortes tras dar cuenta de un principio de acuerdo ha dinamitado todas las opciones de Alberto Núñez Feijóo para imponerse en la Mesa, pero también le aleja de la Moncloa. Y es que mientras Pedro Sánchez ha cosechado 178 síes para la presidencia, que ha recaido con mayoría absoluta en Francina Armengol, el dirigente popular no ha obtenido ni siquiera el apoyo de su socio Vox, quedando cinco a cuatro los puestos del órgano de dirección de la Cámara Baja y con solo 139 votos a favor.

Sánchez, reforzado; Feijóo, hundido

Este jueves 17 de agosto todos los focos estaban puestos en el Congreso de los Diputados y las miradas sobre tres formaciones: el PSOE, el Partido Popular y Junts per Catalunya. Los independentistas catalanes eran el peso que desequilibraba la balanza para los bloques en la elección de la presidencia de la Mesa de la Cámara Baja, un punto muy importante en una lectura tanto a corto como a largo plazo. No solo su papel es importante para el buen hacer parlamentario ni por su poder político sino también para sentar las bases del siguiente examen en agenda: la investidura.

En esta primera prueba ha salido ganador Pedro Sánchez, secretario general del Partido Socialista, que ha conseguido aglutinar una mayoría de izquierdas para el órgano de dirección de la Cámara Baja. Con 178 votos ha logrado hacerse con la presidencia de la Mesa a manos de la expresidenta balear Francina Armengol y con cuatro de los ocho asientos restantes entre la vicepresidencia y las secretarías, dejando el balance de cinco puestos (contando con la presidenta) para PSOE y Sumar frente a cuatro para el PP. Estos, además, no han contado tan siquiera con sus hasta ahora aliados, Vox.

Lo ha hecho con los votos a favor de todo el grupo socialista sumado a Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y Junts per Catalunya. Estos últimos han confirmado su apuesta en la misma ejecución de la votación aunque han dejado algunas pistas tras la reunión de urgencia que han mantenido a primera hora de la mañana con la cúpula para tomar una decisión. Una postura facilitadora de la Mesa tras dejar por escrito al menos tres exigencias que, sin embargo, se han empeñado en distanciar de la investidura. De hecho Carles Puigdemont ha sostenido que su postura está "exactamente donde estaba tras las elecciones".

El PP no cuenta ni con Vox

Pero con su apoyo los catalanes han evidenciado el volumen de apoyos con los que cuenta Sánchez, que aventaja los 176 necesarios para la mayoría absoluta. Una cifra muy superior a los 171 que hasta ahora reivindicaban desde Génova contando con la ultraderecha y más aún de los 139 que finalmente ha obtenido en esta votación. Feijóo se ha quedado prácticamente solo con su candidata a la presidencia Cuca Gamarra, anunciada a penas en la tarde de este miércoles, quien ha obtenido únicamente los 136 síes del PP y uno por UPN, Coalición Canaria y BNG.

Si en las últimas semanas los populares defendían su liderazgo para intentar formar un ejecutivo a la luz de los resultados de las urnas el pasado 23 de julio y de sus hasta ahora apoyos cerrados, la escena de este jueves ha terminado de dinamitar la euforia de la cúpula popular. Sí han logrado la alianza de Coalición Canaria, que ha optado por la candidatura de Gamarra y del resto de nombres postulados por Génova para los demás asientos del órgano rector. Un acercamiento que podría seguir para la investidura y que, sin embargo, no han tenido los de ultraderecha.

En manos del rey Felipe VI

Los de Abascal han sentenciado la amenaza lanzada en los últimos días en la que sostenían que si no les daban un asiento en la Mesa no apoyarían a su propuesta. Este mismo jueves los ultras han confirmado que sus hasta ahora socios han tirado por el suelo la mesa de negociación tras conocer las elevadas posibilidades de Armengol para alcanzar el escaño director y que no les iban a dejar uno de los cuatro puestos que estaban destinados a ocupar y que les prometieron como contraprestación a su auxilio. Finalmente Vox ha votado a su propio candidato y ha evidenciado la soledad de la bancada popular.

Ahora el debate se traslada a si, con estas cifras, Feijóo va a poder presentarse a la investidura. Y es que el rey Felipe VI tiene que proponer al que tenga opciones de salir, y Feijóo actualmente no las tiene. Por su parte, Abascal ha dejado en el aire si lo que ha calificado de "falta de solidaridad" en el reparto va a romper las conversaciones y, aunque ha pedido "explicaciones", no ha querido pronunciarse con mucha contundencia. Fuentes de Vox sí reconocen en privado que la imagen en el Congreso no ha sido favorable para el líder popular. "Ha vendido una mayoría que se ha visto que no tienen", esgrimen.

Una postura que también defienden desde el PSOE. Su portavoz parlamentario, Patxi López, no solo ha negado este jueves que su formación haya prometido a ERC y Junts la amnistía para los implicados en el procés a cambio de su apoyo sino también algunas verdades a su juicio, como que "la ultraderecha está fuera de la mesa", que Feijóo es "incapaz de alcanzar ningún acuerdo con nadie" y por lo tanto "no puede presentarse a una investidura", así como que "solo hay un presidente posible, que es Sánchez". Todo mientras los populares se han empeñado en distanciar esta derrocha de una futura votación.