Cuca Gamarra se ha quedado sola. La hasta ahora portavoz del PP no ha tenido más que los votos de su partido en el Congreso, los de CC y UPN ya que Vox ha abandonado al partido de Feijóo y ha decidido votar a su candidato, Ignacio Gil Lázaro.

La votación de la Mesa no se ha cerrado hasta este mismo jueves por la mañana cuando tanto ERC como Junts han logrado sendos acuerdos con el PSOE y conseguir así el apoyo a Francina Armengol. Paralelamente, el PP ha roto las negociaciones con Vox a la vez que se cerraba el acuerdo con los independentistas con la intención de dejarles fuera de la Mesa del Congreso de los Diputados. Motivo por el cual Vox ha cambiado su sentido del voto y ha comenzado a votar a Gil Lázaro.

El haberse hecho imposible que el PP se hiciera con la presidencia del Congreso ha provocado que decidan romper con la extremaderecha en la votación y no prestar sus votos a Vox para que tuvieran un hueco en la Mesa. No les hace falta. Los escaños del PP hacen que tengan seguro cuatro puestos dentro del órgano de Gobierno de la cámara.

Sin embargo, se trata de un gesto que dificulta a Feijóo ir a ver al Rey con apoyos suficientes para su investidura. El líder del PP se va este jueves del Congreso con sólo 138 votos. Los de sus diputados más el de UPN y el de CC. Un signo de debilidad que complica presentarse ante el Jefe del Estado como el candidato con más apoyos. Ha ganado las elecciones, sí, pero ni siquiera cuando hay que votar a la Mesa del Congreso de los Diputados consigue el apoyo de algún grupo que no sea, en la práctica, un satélite autonómico del PP.

Solo con 139 votos

De hecho a día de hoy, el único mantra que existe en el PP es repetir que han ganado las elecciones y que por ello deben gobernar. Este miércoles el líder del PP reunía a los suyos en el Congreso y repetía 17 veces en 18 minutos que él ganó las elecciones. El resto, la nada.

De hecho, más de hablar de las negociaciones que pueden dar margen a Alberto Núñez Feijóo para logar una mayoría para ser presidente del Gobierno y seducir al PNV para que cambie el sentido del voto, casi todo su discurso ante el nuevo equipo legislativo del PP ha consistido en legitimarse a sí mismo como el vencedor del 23J. Como aquel que se repite frente al espejo algo para creérselo.

Cuasi reivindicando su liderazgo, Feijóo arrancaba su intervención recordando que el PP fue la fuerza que ganó "limpiamente" las elecciones. Como si el resto de partidos cuando han ganado o se han presentado a las elecciones no lo hubieran hecho. También tiraba de historia. "Los españoles nos han otorgado 87 parlamentarios más que en la anterior legislatura. Además, es nuestro mejor resultado en los últimos doce años, el mejor también desde que el bipartidismo se fue deteriorando, es la mayor subida en votos de la historia del PP en unas elecciones y es el primer equipo del PP que gana las generales en su primera ocasión", sacaba pecho obviando en todo momento que no le dan los números para gobernar.

Pese a todo, y salir este jueves solo con el apoyo del PP y de UPN, cree que es "lógico" presentarse como vencedor de las elecciones. "Aunque alguno de nuestros rivales no quiera reconocerlo o no nos hayan felicitado", decía asegurando, y repitiendo de nuevo que han ganado las elecciones, que en el PP han "sabido ganar y otros no han sabido perder".

Con 138 apoyos, pero ganando las elecciones

Feijóo no tiene duda de que Felipe VI "actuará de acuerdo con la ley y sólo al servicio de España y de los españoles" a la hora de designar al candidato para la investidura, que espera sea él. "Sánchez habla de presiones y problemas. La presión y los problemas los tiene él, porque hemos ganado las elecciones y tenemos comprometidos 171/172 escaños", explicaba al respecto. Este jueves, al menos para elegir a la Mesa se le han caído varios y se ha quedado en 138.

"España no merece un presidente que quiera serlo otra vez tras perder las elecciones", decía el constitucionalista haciendo caso omiso al artículo 99 de la Constitución que establece que gobierna quien tiene más apoyos y no quien gana las elecciones. Además, asegura que es una situación que "preocupa" a los españoles "por la incertidumbre y por la frivolidad de esa clase política que intenta convertir una derrota en una victoria". Obviaba, de nuevo, que buena parte de sus barones, quizá los que le pueden hacer sombra si no consigue gobernar, accedieron al poder perdiendo las elecciones.

"España merece un gobierno con una mayoría constitucional muy amplia, que respete la voluntad expresada en las urnas el 23 de julio", expresaba, quizá entendiendo ahora el mandato constitucional. Y es que, para sorpresa de diputados, senadores, personal de la cámara, periodistas y ciudadanos, dicha voluntad es que el PP "ha ganado claramente las elecciones".