El presidente suplente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Vicente Guilarte, ha propuesto la reducción de competencias de ese órgano para facilitar su renovación, todo ello a pocos días de que el mandato del gobierno de los jueces cumpla cinco años caducado.

Así lo ha propuesto Guilarte en una tribuna publicada este sábado en el diario 'El País', titulada 'Diluir la tensión', en la que ha apostado por una reforma de competencias para que el CGPJ no pueda hacer nombramientos de altos cargos judiciales y sean los propios jueces, sin intervención del órgano que dirige, quienes elijan a sus presidentes.

A su modo de ver, es "oportuno dar protagonismo a los jueces", haciéndolo "allí donde su función puede ejercerse rectamente", y una reforma que quite la competencia al CGPJ de mediar en los nombramientos de cargos judiciales podría facilitar un consenso para su renovación.

"Si se piensa que el CGPJ es el órgano de gobierno de los jueces debieran ser estos quienes se gobiernen, pero directamente, sin intermediarios que diluyan la rectitud de la gobernanza", ha explicado, apostando porque sean los jueces quienes elijan a sus presidentes en el ámbito provincial y autonómico, en audiencias y en tribunales superiores de Justicia.

También ha propuesto una reforma para que la carrera judicial hacia el Tribunal Supremo no quede "al albur" de los veinte vocales del CGPJ y que su "único condicionante" para la designación sea "una genérica referencia" al mérito y capacidad, "como hasta ahora viene ocurriendo".

En concreto, Guilarte apuesta por un proceso objetivado de elección en el que se sepan cuáles son los "méritos relevantes" para acceder a las Salas del Alto Tribunal, así como por la designación de un tribunal "dependiente del CGPJ", presidido por uno de sus vocales e integrado por magistrados del Supremo y otros profesionales de la justicia, que irían rotando aleatoriamente para evitar "cualquier atisbo de contaminación".

Si estos cambios se lograran, según el presidente del CGPJ, "la apetencia de unos y otros por la designación de 'sus' vocales se diluiría", facilitando la renovación del órgano que dirige.

Pese a ello, Guilarte ha lamentado que esa reforma facilitaría la constitución de un gobierno de los jueces con "caras nuevas pero, en función de su designación militante, con los mismos problemas que se han manifestado en anteriores y sobre todo en éste último mandato", que el próximo 4 de diciembre cumplirá cinco años caducado.

Cinco años de mandato caducado

La caducidad del CGPJ se remonta al 4 de diciembre de 2018. Aunque el Poder Judicial y el CGPJ no son lo mismo, lo cierto es que su estancamiento afecta al normal desarrollo del sistema de justicia, en tanto que el CGPJ no puede nombrar jueces y magistrados si se encuentra fuera de su periodo de mandato. Esta situación está afectando sobre todo al Tribunal Supremo, que tiene un 30% de vacantes entre jubilaciones y bajas que no pueden ser cubiertas al no haber órgano que nombre nuevos miembros.

En su día, el PP de Pablo Casado y el Gobierno de Pedro Sánchez alcanzaron un acuerdo para renovarlo. Un pacto entre los dos principales partidos de la democracia es fundamental para este propósito, ya que es necesario contar con tres quintos del voto a favor del Congreso y del Senado para elegir a los nuevos integrantes del CGPJ. El acuerdo incluía nombres y apellidos de los nuevos electos, incluso del presidente, Manuel Marchena (conocido por su afinidad a los 'populares'), pero la cosa cayó en saco roto al descubrirse los intereses del Partido Popular al respecto. 

El otrora senador del PP Ignacio Cosidó, que había sido director general de la Policía con Mariano Rajoy, envió un mensaje en el que explicaba las ventajas de renovar el órgano: "Con la negociación, el PP tiene nueve vocales más el presidente (10) y el PSOE tiene 11". 

"Obtenemos lo mismo numéricamente, pero ponemos un presidente excepcional, un gran jurista con una capacidad de liderazgo y autoridad para que las votaciones no sean 11-10 sino próximas al 21-0. Y, además, controlando la sala segunda desde detrás y presidiendo la sala 61", escribió. "Ha sido una jugada estupenda que he vivido desde la primera línea. Nos jugábamos las renovaciones futuras de 2/3 del TS [Tribunal Supremo] y centenares de nombramientos en el Poder Judicial, vitales para el PP y para el futuro de España", añadió. Este mensaje fue filtrado y dinamitó el acuerdo al conocerse las intenciones de los 'populares': controlar el Poder Judicial, en especial, la Sala Segunda del Supremo, que era la encargada de juzgar a los aforados en pleno momento de polémica en el partido por la corrupción.

Hasta la fecha, no se ha llegado a ningún acuerdo para avanzar en esta cuestión cuando va a cumplirse un lustro desde estos hechos. Desde el PP, por su parte, no ha existido ni un atisbo de autocrítica, sino que han optado por culpar a los socialistas de este bloqueo.