El hasta ahora presidente del Consejo General del Poder Judicial, Rafael Mozo, se jubila este miércoles. Mozo ha enviado al personal del CGPJ una carta de despedida con motivo de su salida en la que no solo se despide, sino que tacha de “anomalía” institucional el hecho de llevar nueve años y medio en el consejo. Asegura que se va con un sabor de boca “agridulce”, pero que quiere expresar su agradecimiento a todas las personas que han compartido con él estos años. Mozo ha sido sustituido por el vocal de más edad, el conservador Vicente Guilarte.

Así, Mozo ha dicho en su misiva: “Estos últimos nueve años y medio, desde que en noviembre de 2013 fui designado vocal del Consejo General del Poder Judicial, han supuesto una etapa apasionante, no exenta de sinsabores, pero también de logros compartidos, como corresponde al carácter colegiado de la institución”.

“No obstante, a la hora del adiós, me embarga un sentimiento agridulce, pues, entre los sinsabores, sin duda, la anomalía constitucional que supone la falta de renovación del Consejo, que debía haberse producido a finales de 2018, ocupa el lugar más destacado. La prolongación en el tiempo de esta situación y la ausencia de perspectivas de un acuerdo entre las fuerzas políticas que la pusiera fin, así como la presentación de la renuncia del presidente Carlos Lesmes, son hechos que han generado uno de los episodios más tristes de nuestra historia democrática”, prosigue diciendo la carta.

Renovación del CGPJ

Con respecto a la renovación asevera el aun presidente del consejo que, “cuando el Pleno decidió que, como vocal de más edad, yo asumiera entonces la presidencia por suplencia del Consejo, lo hice consciente de la responsabilidad que ello conllevaba, pero también con la esperanza de que se tratara de un periodo breve. Como todos sabemos, lamentablemente no ha sido así”.

Y apostilla: “La recomendación que contiene el Informe de la Comisión Europea sobre el Estado de Derecho en la Unión no deja lugar a dudas: que se proceda a la renovación del Consejo General del Poder Judicial con carácter prioritario y que se inicie, inmediatamente después de la renovación, un proceso con vistas a adaptar el nombramiento de sus miembros de procedencia judicial, teniendo en cuenta las normas europeas sobre los Consejos de la Magistratura”.

También asegura que reitera que, “con la firmeza que me permite el largo tiempo transcurrido -desde el 4 de diciembre de 2018- mi petición a las fuerzas políticas concernidas, para que, sin excusa ni pretexto alguno, se tomen en serio esas recomendaciones y para que procedan de inmediato, en cuanto termine el proceso electoral en el que nos hallamos inmersos, a la renovación de este órgano de gobierno, que nos reclama no sólo la Constitución Española, sino también la Unión Europea de la que formamos parte desde 1986. El mantenimiento de esta situación debilita y erosiona las principales instituciones de la Justicia española y, por tanto, de nuestro Estado de Derecho”.

Agradecimientos

En su carta de despedida, el ya epresidente también ha dicho: "No quiero despedirme sin expresar mi agradecimiento a todos quienes habéis compartido conmigo esta última etapa de mi vida profesional. Algunos, desgraciadamente, solo pudieron acompañarnos una parte del camino, como nuestra querida Victoria Cinto. Su integridad profesional y humanidad convirtieron en un privilegio el hecho de conocerla y su recuerdo permanecerá en nosotros para siempre".

"A los demás -vocales, secretario general, equipo del Gabinete de Presidencia y miembros de los órganos técnicos, letrados, funcionarios y demás servicios de la casa-, muchas gracias. Como he dicho anteriormente, los logros que hayan podido alcanzarse son compartidos y sin vosotros no habrían sido posibles. También quiero pedir disculpas por si alguno de vosotros se ha sentido molesto o disgustado, en algún momento, por alguna de mis decisiones o iniciativas. Nunca ha sido mi intención generar conflicto, sino todo lo contrario, apaciguarlo y solventarlo", ha concluido.

Nuevo presidente

La salida de Mozo ha tenido como consecuencia el nombramiento de otro vocal para que esté al frente del órgano. En este caso la presidencia ha recaído sobre el conservado Vicente Guilarte, quien se ha visto obligado a renunciar a su trabajo como abogado, así como a su plaza de catedrático de derecho civil, ya que la presidencia obliga a la exclusividad. La jubilación de Rafael Mozo merma, más aun si cabe, el CGPJ que se queda con 16 miembros de los 21 que debería de tener. La falta de acuerdo entre PP y PSOE para alcanzar un acuerdo de renovación ha hecho que los vocales lleven nueve años y medio en el consejo, cuatro y medio más de los que debería.