Pedro Sánchez es un presidente con un objetivo. Los estados miembros de la OTAN se comprometieron durante la cumbre de Madrid a elevar el gasto en Defensa progresivamente hasta llegar al 2% del PIB. El líder del Ejecutivo no solo aceptó de buena gana, sino que cerró otros acuerdos bilaterales con Estados Unidos para aumentar la presencia militar en la base de Rota (Cádiz), sino que se apresuró a aprobar un crédito de 1.000 millones de euros vía fondo de contingencia para engrasar la inversión en Defensa a la mayor celeridad posible. Sus socios, Unidas Podemos, no aprueban el gesto. Esgrimieron que no fueron informados e incluso exigieron la convocatoria de una reunión de la comisión de seguimiento de la coalición. En las próximas semanas comenzarán a esbozarse las líneas maestras de los Presupuestos generales del Estado 2023, las primeras cuentas en las que quedará reflejado el aumento. Se atisban, por tanto, fricciones en el horizonte, máxime cuando los socialistas apoyaron una resolución del PP en el marco del Debate del Estado de la Nación para impulsar la inversión.

El pasado martes 5 de julio, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, urgió al PSOE a dar explicaciones, alegando que no habían sido informados de la aprobación del crédito de 1.000 millones de euros extraídos del fondo de contingencia, evitando así al Congreso. La líder de Sumar, preocupada, aseguró que no fueron informados y lo consideraban una deslealtad, mientras fuentes de la parte socialista del Ejecutivo se sacudían las acusaciones diciendo que se comunicó en tiempo y forma.

No fue consensuado, afirmaban fuentes moradas. Sin embargo, desde Moncloa, argüían sí fueron debidamente informados y estaban al tanto ya que la propuesta se comunicó a todos los departamentos ministeriales en una reunión de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios que tuvo lugar la semana pasada.

Versión diametralmente opuesta blandieron los morados. Mientras la parte socialista esgrimía que la iniciativa fue estudiada y validada sin que nadie se opusiera ni se registrara ninguna intervención contraria, Díaz lamentó “las formas” y denunció que no estaban al tanto ni se había seguido el protocolo “adecuado” para un asunto tan sensible como la Defesa.

Presupuestos, la batalla anunciada

Sánchez ha demostrado que se tomará muy en serio el compromiso de elevar la inversión presupuestaria en Defensa. Se prevén unas negociaciones encarnizadas habida cuenta de las discrepancias. De hecho, el líder del Ejecutivo pidió una reflexión a toda la izquierda, recordando que Rusia está aumentando su influencia en África y Europa requiere de mayor protección y seguridad en el flanco sur.

“No habrá problema. Estoy convencido de que lo vamos a sacar”, insistió convencido el líder del Ejecutivo, consciente de que en esta materia su sintonía con el Partido Popular es inequívoca. Tanto, que el PSOE aprobó una resolución de los de Alberto Núñez Feijóo en el marco del Debate del Estado de la Nación que instaba al Gobierno a impulsar el incremento de la inversión militar hasta el 2% del PIB para “modernizar” y “mejorar” las capacidades de las Fuerzas Armadas. También para reforzar la presencia militar estadounidense en suelo español, lo que fortalecería los lazos entre ambos países.

Sin embargo, este eventual flirteo puede servirle para aprobar el acuerdo alcanzado con Joe Biden para permitir el despliegue de dos nuevos buques destructores estadounidenses en la base de Rota (Cádiz), no así para elevar el gasto en Defensa. Habrá de hacerse vía Presupuestos Generales del Estado 2023, cuyos trazos comenzarán a esbozarse en las próximas semanas y Unidas Podemos exhibirá perfil propio.