Tiempo ha que el Gobierno de coalición y sus socios en el Congreso viven en un eterno tira y afloja. Son formaciones políticas distintas, con ideas diversas y es natural que surjan grietas y puntos de fricción. Lo que es menos habitual es que las etapas de placidez sean tan escasas como breves. Tras el descalabro de las elecciones andaluza, Moncloa reactivó la enquistada ley de Memoria Histórica para recuperar el pulso social y engrasar la relación con sus aliados. Pero a cada pasito hacia adelante le sigue muy de cerca otro hacia atrás. El violento episodio del salto a la valla de Melilla que se ha saldado con una treintena de muertos ha puesto en solfa la unidad de Ejecutivo en plena cumbre de la OTAN. Una situación agravada por el acuerdo entre el presidente, Pedro Sánchez, y Joe Biden que ataña a la base de Rota y que ya ha evidenciado profundas fracturas dIfíciles de salvar que forzarán al PSOE a buscar al PP.

Los presidentes de España y Estados Unidos han acordado reforzar la presencia militar de los norteamericanos en la base de Rota (Cádiz). En concreto, Sánchez y Biden ha cerrado el envío de dos buques destructores que se sumarán a las fuerzas ya desplegadas allí, una decisión que ha provocado el descontento de sus socios parlamentarios.

En una entrevista en la Cadena SER, Sánchez ha deslizado que no alberga la menor duda de que el Congreso facilitará el dictamen firmado con EEUU. “Estoy convencido de que lo vamos a sacar. No habrá problema”, ha dicho. Lo que no ha aclarado es con el apoyo de qué bancada, aunque está más que claro: la de los populares.

No le queda otra opción, ya que a su izquierda no ven con buenos ojos ni siquiera la pertenencia a la OTAN, el aumento en gasto en Defensa y mucho menos el incremento del despliegue militar estadounidense en suelo nacional. Esquerra Republicana (ERC) ya ha adelantado este miércoles su rechazo esgrimiendo que su formación estará en contra de “todo lo que sea un incremento militar”. Así lo ha explicado el portavoz de Defensa del Grupo Republicano, Gerard Álvarez, quien abunda en que es una “decisión entendible por parte de un Estado militarista”.

El líder de Más País, Íñigo Errejón, tampoco aprueba el acuerdo sobre Rota, recriminando además a los socialistas que adopten el “lenguaje bélico”. En declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso, Errejón ha recordado algo que, aunque parezca "obvio", España "no está en guerra" y que el Ejecutivo debe "concentrarse" en la principal "amenaza que se cierne" sobre los españoles, que es la "inflación, la falta de oportunidades, el empobrecimiento y la crisis".

"Nosotros no somos favorables, pero nos lo tendrá que explicar. Estoy convencido de que si lo quiere sacar adelante encontrará, con toda seguridad, la aprobación del PP. Ese camino ya sabemos a dónde lleva, gobernar con las ideas del PP lleva a que acabe gobernando el PP", ha expuesto.

Por su parte, Compromís tampoco prestará su bancada. Joan Baldoví, diputado y portavoz de los valencianos, ha afeado que no le ha gustado en absoluto las conclusiones extraídas del encuentro entre Sánchez y Biden.

El presidente del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Jaume Asens, ha expresado su disgusto sobre las dos fragatas estadounidenses y, en declaraciones a los medios, ha evidenciado que los morados tienen una posición “diferente”: "A nosotros no nos gusta ese pacto, significa más militares, más destructores norteamericanos y más dependencia y sumisión a Estados Unidos". No obstante, no ha garantizado cuál será su voto.

Todas las miradas, por tanto, se dirigirán a los populares, quienes ya han esbozado cuál será el sentido de su voto. La secretaria general y número dos de Feijóo, Cuca Gamarra, ha adelantado que “estaremos a la altura”. A buen entendedor pocas palabras bastan.