La propia Elena Valenciano le explica a ELPLURAL.COM que se dio cuenta en seguida del error: “fue un comentario de forofa, es evidente que me equivoqué”. Pero también se explica: “En ese momento no sé cuántos estábamos conectados en mi cuenta comentando el partido…, generalmente tratamos temas políticos y sociales, y soy cuidadosa y muy consciente de lo que suponen mis comentarios, pero esta vez era fútbol, la selección…”.

“Íbamos todos con la selección y me relajé”
La líder del PSOE explica que generalmente en su cuenta entran personas que comparten sus planteamientos, pero también otras que difieren mucho de su forma de pensar y algunas que entran simplemente para insultar, “dicen cosas terribles” porque hablan escondidos en la ‘protección’ que ofrecen las redes, “pero esta vez  estábamos todos de acuerdo, íbamos todos con la selección y en ese ambiente me relajé y me convertí en una forofa más”.

Más allá de su error, del que ella misma se disculpó no sólo en su cuenta de Twitter, sino con un post que publicó el domingo en psoe.es que provocó tal avalancha de consultas que colapsó la página del Partido Socialista –“jamás debí haber dicho lo que dije y no hay ninguna excusa”-, Valenciano plantea otro enfoque de interés para debatir tras este hecho.

“Mis tuits salen directamente de mi mano”
“Yo tengo 33.600 seguidores en Twitter –dice a ELPLURAL.COM-, y eso seguramente es así porque la gente que me lee sabe que mis tuits salen directamente de mi mano; no soy como tantos otros políticos que tienen gente escribiendo sus opiniones o sus reacciones… Eso tiene una ventaja, claro, que la gente sabe que está hablando directamente conmigo, no con un mediador; pero también una desventaja, que en el calor de algunos momentos, nos podemos equivocar”.

Valenciano, que curiosamente tiene un 25% de sangre francesa –su abuela tenía esa nacionalidad- va más allá: “Aquí hay una doble situación que es difícil resolver: la gente quiere que los políticos seamos naturales, sentirnos humanos.., lo que somos, una persona más, y tienen toda la razón en demandarnos que lo seamos; pero al tiempo, y tienen también su derecho a reclamarlo, esperan que no olvidemos lo que representamos… Reconozco que yo soy muy espontánea, y creo que la gente lo siente así. Lo que sucedió fue que esta vez me excedí en favor de la naturalidad, y fui una forofa más”.