El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid no sólo envió a los hospitales protocolos en los que se indicaba no derivar a los ancianos a estos centros, también los remitió a los ambulatorios, que atendían a pacientes en sus domicilios.

El protocolo enviado el 23 de marzo a los centros de salud, que adelanta El País, explicaba que se preveía una “situación excepcional y de catástrofe”, con el aumento de pacientes de coronavirus, y daba indicaciones para “priorizar la asistencia”. En ese sentido, recomendaba que los pacientes con posible infección y dificultad para respirar permanecieran en sus domicilios y no fueran trasladados a los hospitales dependiendo de su edad y su estado de salud.

Pacientes con más de 80 años

Entre los criterios del Gobierno de Díaz Ayuso para discriminar a pacientes estaban que tuvieran más de 80 años y enfermedad de órgano terminal (insuficiencia cardiaca crónica avanzada, enfermedad obstructiva crónica grave, cirrosis hepática, insuficiencia renal crónica grave) y/o CFS [escala clínica de fragilidad] igual o mayor que 5; estar en una escala clínica de fragilidad de 8-9; tener demencia moderada o grave; padecer un cáncer terminal, o tener cualquier enfermedad y una expectativa de vida inferior a un año, según apunta el citado diario.

"Alivio y confort"

En caso de “pacientes con compromiso respiratorio no susceptibles de derivación al hospital”, el protocolo diseñado por el Gobierno madrileño señalaba que se debía “realizar tratamiento sintomático para el alivio y el confort”.

El tratamiento indicado consistía en administrar cloruro mórfico y si no se solucionaba la dificultad para respirar, añadir midazolam. El documento preveía administrar otros medicamentos en caso de fiebre o de “agitación o vómitos”.

Este nuevo protocolo, enviado a los centros de salud, demuestra que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso mintió cuando afirmó que se habían enviado borradores “por error”.

La Consejería dice que lo modificó, pero no aclara cuándo

La Consejería de Sanidad ha defendido que “el documento fue modificado” en una fecha posterior, aunque no precisa cuándo, y que en este segundo protocolo se eliminó la edad del paciente (más de 80 años) como uno de los criterios. También cambió la frase “se valorará su permanencia en domicilio” por “se valorará clínicamente y de forma individualizada la adecuación de su permanencia en domicilio”.

Los tres criterios para los que se recomendaba no derivar al hospital quedaron redactados posteriormente así: “Paciente con enfermedad de órgano terminal (insuficiencia cardiaca crónica avanzada, enfermedad obstructiva crónica grave, cirrosis hepática, insuficiencia renal crónica grave) y/o CFS mayor o igual que 5; paciente con escala clínica de fragilidad (CFS) de 8-9, paciente con cáncer en fase terminal”.