El debate de la cúpula socialista el pasado domingo fue uno de los más intensos de su larga historia. Defensores y detractores de la abstención expusieron sus ideas en un Comité Federal que se recordará por mucho tiempo. El País reproduce este martes algunas de las intervenciones de los principales dirigentes, entre ellos, Susana Díaz, que llamó a las cosas por su nombre al afirmar que se “ha gastado mucho tiempo en demonizar a unos compañeros contra otros … ¡Cuánta energía, cuánto insulto entre nosotros! (...) ¡Cuánto hemos callado cuando otros se estaban beneficiando de la división interna del partido".

La abstención, un respito momentáneo
En el otro extremo de Díaz, en el 'no' a la abstención, el exlehendakari Patxi López llamó, sin embargo, también a la unidad al recordar que “nuestros adversarios políticos están ahí fuera, esperando a que nos destrocemos entre nosotros y a que nos hundamos nosotros solos”.

Patxi López defendió así el "no" a permitir la investidura de Rajoy: “Algunos creen que podemos gobernar desde la oposición. ¿Olvidamos que le damos a Rajoy la mejor y mayor herramienta que tiene un presidente, que es convocar las elecciones cuando le dé la gana? ¿Y qué.. va a permitir que le estemos destrozando el legado? ¡No hombre! Convocará elecciones, y a la gente no se le habrá olvidado [la abstención]”.

“No compremos hoy un respiro momentáneo al precio de ahogarnos en el futuro”, añadió Patxi López.


El legado de la Transición no es un candado
Susana Díaz rebatió la tesis de López y defendió la abstención: “Si fuera por algunos partidos, estaríamos haciendo muchas más elecciones, repitiendo por tercera, por cuarta y por quinta vez, hasta que se demostrara que este sistema del que disfrutamos gracias a una Transición que consideran un candado, no sirve. Yo, como socialista, eso no puedo compartirlo”.

 “No somos ni buenos ni malos, ni de izquierdas ni de derechas”, afirmó la presidenta andaluza, que defendió que abstenerse no está reñido con los valores de su partido.

Nadie es más de derechas o rojo
Por su parte, Óscar López, miembro destacado de la dirección de Pedro Sánchez y opuesto a la abstención aclaró que él no cree que en el comité “haya nadie más socialista que nadie”, lo que consideró puro “maniqueísmo” y “simplicidad”.“Nadie es más de derechas por defender la abstención. ¡Y nadie es un rojo radical por defender el no a Rajoy, no lo es!”, puntualizó López.


Incumplir la palabra dada
El exsecretario de Organización con Sánchez, César Luena, mantuvo que la abstención es “incumplir con nuestra palabra, y creo que el camino es la reconciliación con la izquierda, no asumir de una manera catastrófica para el partido una mala entendida responsabilidad”.


Ideas y no personas
El presidente de Extremadura, que siempre ha defendido la abstención, subrayó que él tampoco quiere “a Rajoy como presidente del Gobierno de España”. Fernández Vara pidió a su partido primero hablar de “ideas” y luego de “personas”.

José Antonio Pérez Tapias, exportavoz de la corriente Izquierda Socialista, también contrario a la abstención advirtió a sus compañeros que pueden hacer “todos los cálculos pragmáticos que queráis, pero con este cambio exprés lo que hemos perdido es la credibilidad.

Idoia Mendia,  secretaria general de los socialistas de Euskadi, preguntó: “¿De verdad creéis que para Rajoy esta legislatura va a ser un infierno?”. La dirigente vasca se respondió: “Cuando estás en el Gobierno, mandas. Lo difícil es llegar (...) Vamos a estar desdibujados, sin liderazgo en la oposición. No vamos a ser fundamentales para nada”.


El PSOE no puede competir por la radicalidad
El portavoz en el Parlamento Europeo, Ramón Jáuregui, llamó a su partido a dejar de competir al nivel de Podemos: “Un partido que en realidad compite por una radicalidad de izquierdas con otro partido para liderar una minoría de izquierdas fragmentadas. Ese no es nuestro papel, el PSOE es otra cosa”.

 “Rivalizando con la izquierda seremos más radicales, ¡pero seremos menos fuertes porque hay menos izquierda, joder!”, dijo Jáuregui.

Josep Borrell, expresidente del Parlamento Europeo, que estaría maniobrando junto a Pedro Sánchez para tomar las riendas del PSOE, tal y como revela en primicia este martes Enric Sopena, reclamó la consulta a la militancia. “La tradición histórica del PSOE hasta la Guerra Civil es de participación directa de los militantes en las decisiones importantes. La historia está escrita. Por favor, no la falseéis. Debían ser unos grandes podemitas, Javier, porque recurrían al voto directo de los militantes cada vez que había una decisión que tomar”, se refirió con ironía al presidente de la gestora, para quien el PSOE “se ha podemizado”.


La contradicción, según Max Weber
El diputado Eduardo Madina defendió que abstenerse “no contradice mi convicción con mi responsabilidad. Yo me estudié a fondo a Max Weber en la Universidad y no hay contradicción alguna en la existencia de ambos polos en mi votación”.