El libro ofrece poco sobre el pasado más lejano del líder del PP. Sí que resalta lo “anecdótico” de que de joven estudiase en León “en el mismo colegio de monjas (las Discípulas) que Zapatero, donde gracias a mi altura practiqué el baloncesto”. Y cuenta que en la mili, que hizo en la Valencia de Milans del Bosch, “el sargento me mandó a ‘limpieza’ porque al preguntarme qué era y le dije que registrador creyó que le tomaba el pelo. Me pasé seis meses limpiando”.

El padre juez
Más atención recibe su familia, con un padre juez que le marcó y del que heredó “el respeto a las reglas, la justicia y el esfuerzo”. No en vano, las oposiciones a registrador las consiguió gracias al esfuerzo de su padre “que se levantaba a las cinco de la mañana para enseñarme derecho tributario”.

La muerte de su madre
Tras la muerte de su madre por leucemia –“el mayor golpe de mi vida”-, los cuatro hijos vivieron del sueldo de su padre, mientras veían “los partidos de fútbol en el bar porque no teníamos televisión”. De su abuelo, decano en el Colegio de Abogados, resalta sus posiciones autonomistas sobre Galicia, que le valieron ser expedientado por el franquismo.

“Un buen lector”
De su adolescencia, Rajoy resalta que siempre fue “un buen lector”, mostrando su inclinación por autores como “Salgari, Verne, Blyton y El Quijote”, aunque se arrepiente de sus carencias en el inglés que aún hoy arrastra. “Ahora lo estudio varias horas a la semana” dice, porque “no se puede andar por el mundo sin conocer ese idioma”. Y propone: “Si llego al Gobierno preparé un programa integral de ‘English, first’”.

Comienzos en Alianza Popular
Sobre su entrada en política, Rajoy nos aclara que sucedió en 1981 “contra la opinión y el consejo de mi padre”. Era la época en que “agonizaba el régimen de Franco y había gran efervescencia política”. El líder conservador eligió Alianza Popular “porque tenía buenos amigos en aquel partido” y porque “representaba la posibilidad de generar una gran fuerza de centro derecha para el futuro mientras que UCD se hundía”.

La política no es “una profesión”
Acerca de ese mundo que es la política, Rajoy defiende “la honestidad de la gran mayoría” de los representantes públicos. Y aunque vive de ello desde hace 30 años, el popular asegura que no ve la política “como una profesión”, por lo que no entró en este campo hasta tener un trabajo con el que “ganarse la vida”. Así que empezó su carrera una vez que “aprobé las oposiciones”.

Ídolos de Rajoy
Rajoy se declara admirador de “Cánovas del Castillo y Práxedes Mateo Sagasta”, aunque destaca a “Churchill o Khol” porque “supieron tomar decisiones de liderazgo en momentos de grave incertidumbre”, precisamente uno de los puntos que más se le ha criticado, por sus manifiestas carencias, al aspirante conservador a la Presidencia del Gobierno.

Halagos para Arenas
Ya en una etapa más contemporánea, Rajoy se deshace en halagos con Javier Arenas –“un político capaz y de gran experiencia me ha ayudado como nadie”- y recuerda, quizás para justificarse, cuando José María Aznar les planteó a él, al andaluz, a Cascos y a Rato la posibilidad de dimitir, tras la segunda derrota de 1993. “Le convencimos de que continuara”, explica.

Las encuestas engañosas
Situado ya en el gobierno, con Aznar, Rajoy rememora, quizás curándose en salud por lo que pudiera venir tras el 20-N, su “participación muy activa en las negociaciones con PNV, CC y CiU para formar aquel primer gobierno del PP”. Y también se retrotrae para subrayar que en 1996 “sólo sacamos al PSOE 1,3 puntos (menos de lo esperado)”, de lo que saca una lección que podría valerle ahora: “Jamás hay que confiar excesivamente en las encuestas”.