De hecho, los manifestantes han recorrido a toda prisa y rodeados de una gran expectación mediática algunas de las calles más céntricas de la capital para desembocar en la Plaza de Chamberí, donde han empezado a consumir alcohol mientras entonaban el Cara al Sol o El novio de la muerte y coreaban cánticos como "España, unida, jamás será vencida", "España entera y sólo una bandera" o "Estoy orgulloso de ser español".

Banderas franquistas
La mayoría de los manifestantes portaban banderas de España,  preconstitucionales y de la Falange. Asimismo, la marcha estaba encabezada por dos grandes pancartas en las que se podía leer “Contra el separatismo, una bandera" o "La unidad de España no se vota ni se negocia".

Apenas 300
Fuentes policiales han cifrado en 700 el número participantes que han secundado la manifestación convocada por los falangistas. Por su parte, los organizadores han elevado hasta 2000 el número de nostálgicos del franquismo, aunque la mayoría de los periodistas que cubrían el acto coincidían en rebajar la cifra a 300 asistentes.

Insultos a los vascos
La mayoría de los manifestantes han caldeado el ambiente al insultar a los aficionados que portaban la camiseta del Athletic de Bilbao. “Viva España hijos de puta”, "Separatistas, terroristas", o "Euskal presoak (presos vascos): cámara de gas", eran algunos de los comentarios que les realizaban a los hinchas del equipo vasco.

Defensa de asesinos
Mención aparte se merece el hecho de que una de las peticiones más destacadas de los asistentes haya sido la puesta en libertad del soldado Josué Estébanez, condenado a 26 años de cárcel por asesinar al joven Carlos Javier Palomino en un vagón de Metro de la estación de Legazpi en 2007.

El punto final
Antes de empezar a ingerir alcohol en grandes cantidades y visualizar la final de la Copa del Rey en un establecimiento situado en la Plaza de Chamberí, los organizadores han advertido a los periodistas de que "la unidad de España está en peligro de destrucción, de disolución y de claudicación" por culpa de los separatistas que quieren "devorar" el país "a dentelladas". Por ello, han defendido que "la unidad nacional no se otorga ni se concede, sino que se defiende o se conquista".