Como un adolescente que se avergüenza de sus padres, pero sigue cómodamente viviendo en casa, comiendo caliente y pidiendo dinero para salir con los amigos; así se muestran algunos candidatos a presidir la Junta de Andalucía. Las siglas de su partido en segundo plano, casi ocultas, y su nombre en todas partes. Un yo umbilical y libre de máculas. Desprejuiciado y adanista. Pasaron los tiempos de la manada, bienvenidos al político estepario.

Juanma presidente, reza en el atril de Moreno Bonilla. En una esquina, inapreciable, el PP al que representa. En 2020 lo hizo Alberto Núñez Feijóo en las autonómicas gallegas. Consiguió la mayoría absoluta. Y mucho antes lo hizo Juan Ignacio Zoido en la campaña que acabó con la mayoría absoluta más amplia de la historia del Ayuntamiento de Sevilla, con 20 concejales de 33. Y no sólo eso, ni siquiera salía en su propio spot electoral, que protagonizaba un tendero de un barrio humilde. Es mucho más que un gesto. No es sólo la ocultación de una marca, es la apuesta por una campaña sin ideología. El candidato popular se apunta al peor es meneallo que defendía Don Quijote. Las cosas le han ido bien este año, hay asuntos en los que es mejor no entrar. Se evita, sobre todo, la confrontación con Vox. Macarena Olona no oculta sus siglas. Por más que el partido que defiende apunta muy alto en todas las encuestas en vísperas del 19 de junio, su apellido le aporta un plus. Lo preocupante para ellos debería ser que no hayan encontrado a ningún buen candidato en su equipo en Andalucía. La alicantina empadronada en Salobreña quiere marcar la agenda política, pero el PP no muerde ni un anzuelo.

Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même, que escribió Vincent de Gournay. Dejen hacer y dejen pasar, el mundo va solo. Andalucía avanza ajena a la dialéctica verbenera de la ultraderecha. Su truco es viejo. Ya lo usaban nuestras madres cuando nos querían mandar a la cama. Que viene el coco, decían. Y corríamos a taparnos con las sábanas. El coco son los okupas, los inmigrantes, las bandas, los corruptos, la multiculturalidad, el feminismo… Juanma ha pedido que la campaña "se haga con naturalidad, sencillez y sin entrar en asuntos que no sean inquietudes reales de los ciudadanos". Resumiendo: Que pasa de meterse en fregados. Será la campaña más tediosa de las últimas décadas.

El que también se agarrará a las siglas será Juan Espadas. Como a un clavo ardiendo, añado. "Si votamos, ganamos" está siendo su lastimero lema en estos compases del encuentro. Me recuerda al "Si yo tuviera una escoba, cuantas cosas barrería..." que cantaban Los Sírex. Con la izquierda más rota que el chupete de una piraña y el centro en manos de la derecha chill out de Moreno, Espadas bracea en mitad del océano. Sus asesores le están haciendo decir cosas extrañísimas. Tiene perdido el tono y el contenido roza el teatro pánico; "El rechazo a la 'seriedad', el principio de indeterminación con la memoria de por medio... Y todo lo contrario", que dijo Fernando Arrabal. "En Andalucía no se me conoce porque no me saca Canal Sur", llegó a decir en un corrillo de periodistas. Pedro Sánchez vendrá a Andalucía a echarle una mano, sin especificar aún si en el gaznate o en la espalda. El presidente tampoco pasa por sus mejores momentos. El PSOE está condenado a la melancolía. Lo que es imposible de ocultar es que Juan Espadas es una apuesta personal de Pedro Sánchez para borrar a Susana Diaz del mapa político. Aquello de política y estrategia hechas con las tripas

Sin siglas y sin banderas, pese al derrape de Elías Bendodo con la plurinacionalidad, Moreno Bonilla quiere conquistar sentimentalmente Andalucía. Lo hará sin mancharse, que también tendrá su mérito, viendo la desesperación de las alternativas. El verbo está florido, los discursos son apocalípticos. "El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos", parece decirle Juanma a su equipo. El PP ganará holgadamente estas elecciones. Ciudadanos intenta resistir como la aldea de Asterix. Vox volverá a subir sobre su subidón de 2019. El PSOE marcará un mínimo histórico. Por Andalucía sólo seducirá a los que lleva seduciendo toda la vida. Y Adelante Andalucía conseguirá que Teresa Rodríguez se garantice otros cuatro años en el Parlamento. La vida seguirá, el verano será muy caluroso, ya no lanzan pelotas de Nivea desde los aviones.