El fin de agosto se precipita y con ello la clausura de las vacaciones para muchos políticos, también para Javier Maroto. El portavoz del Partido Popular en el Senado vuelve a la escena pública este martes para abordar el urgente problema de la pólvora. Eso sí, nadie sabe si el exdiputado ha disfrutado de este periodo de relax en Sotosalbos, su flamante pueblo.

El retorno de Maroto

Con este secretismo de por medio, Javier Maroto vuelve a ponerse manos a la obra y lo hará con un asunto de candente actualidad y de urgente solución: la pólvora. El portavoz del PP en la Cámara Alta se reúne este martes, junto a varios miembros de su partido, con representantes de diversas cofradías y asociaciones festivas para abordar este problema.

De hecho, el Partido Popular en Valencia ya anunció que llevaría a las instituciones esta cuestión y parece que se trata de una directriz a nivel nacional. Los conservadores quieren flexibilizar el uso de la pólvora en los actos de arcabucería y, también, rebajar su precio.

Misteriosas vacaciones

Ni siquiera sus compañeros de partido saben dónde ha pasado Javier Maroto sus vacaciones. En una entrevista en la Cadena SER la pasada semana, Cuca Gamarra, vicesecretaria de Política Social del PP, fue preguntado por el paradero del portavoz popular en la Cámara Alta. Sin embargo, la ex líder conservadora en La Rioja, sorprendida, aseguró que no lo sabía.

Gamarra afirmó que Maroto estaba de vacaciones en ese momento. El periodista le interpeló por si el senador les había invitado a pasar unos días a su nueva residencia de Sotosalbos, pero la dirigente del PP negó con rotundidad.

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Empadronamiento exprés

Javier Maroto se quedó fuera del Congreso de los Diputados y Pablo Casado le lanzó el salvavidas del Senado. El popular no desechó la idea y su líder decidió que ocupara el único puesto de senador por designación autonómica de Castilla y León que ostenta el PP en esta legislatura.

Para ello, Maroto se tuvo que empadronar en el pueblo segoviano de Sotosalbos, pues la legislación de Castilla y León exige tener su residencia en uno de los municipios de la comunidad. Esta táctica de los populares generó una polémica tan grande que el PSOE se planteó denunciar este movimiento al considerarlo como “un fraude de ley”.