Javier Maroto se quedó fuera del Congreso de los Diputados en las elecciones del pasado 28A. Un papel nefasto que dio muchos de quebraderos de cabeza en Génova, pues es un hombre fuerte del partido que se había quedado sin cargo institucional. Sin embargo, pensaron que podría ser senador y le ‘colocaron’ en Castilla y León, donde Ciudadanos facilitó su designación en una comunidad en la que no estaba empadronado.

Esto ha provocado que Maroto tenga que buscar deprisa y corriendo acomodo en la citada comunidad autónoma y que, a su vez, permitiera desarrollar su labor con total normalidad. Por ello, el flamante proclamado portavoz del Grupo Popular en el Senado se empadronará en Sotosalbos, en Segovia.

De hecho, este movimiento del senador no ha gustado nada en el PSOE, que se plantea denunciar al popular por si existiera presunto fraude de ley. Una postura adoptada por Maroto que no contaría con la aprobación de ‘su yo’ en el año 2011.

La hemeroteca, como la mentira, tiene las patas muy cortas y Twitter siempre deja su rastro. Hace ocho años, Javier Maroto compartía en su cuenta personal sus reticencias al “empadronamiento irregular”. Curioso cómo ha cambiado en menos de una década. “Tolerancia cero con quienes se empadrona de forma irregular solo para tener acceso a las ayudas sociales”, sentenciaba el dirigente popular. Una frase que le vuelve en contra.