Después del debate presidencial, celebrado el pasado jueves 28 de junio, saltan todas las alarmas en el Partido Demócrata de los Estados Unidos. Pese a todos sus escándalos, pese a ser el primer expresidente en ser declarado culpable en un juicio penal, y pese a volver a sembrar dudas sobre los resultados de las elecciones meses antes de que se celebren, Donald Trump salió triunfante del primer cara a cara previo a los comicios del próximo 5 de noviembre. Los sondeos avalan esta premisa, con un 67% de espectadores que creen que el candidato del Partido Republicano salió mejor parado que su rival, Joe Biden.
El actual inquilino de la Casa Blanca volvió a dejar muchas dudas sobre su aptitud para gobernar Estados Unidos. Su avanzada edad y sus 'despistes' llevan siendo la comidilla desde su llegada a la presidencia en 2021. En un debate que se antojaba como la gran oportunidad de Biden para plantar cara a Trump y acallar las críticas, el de Scranton volvió a mostrar una imagen frágil, con una voz apagada y temblorosa y varios momentos en los que dejó frases incoherentes y tuvo varios lapsus. De nuevo, la cascada de bulos de Trump se vio opacada por las dudas sobre si Biden, a sus 81 años, es un candidato válido para renovar su mandato y gobernar cuatro años más.
Ahora, cunde el pánico entre los demócratas, que ven que a poco más de cuatro meses para la cita con las urnas, su baluarte contra un Trump en ascenso es demasiado débil. Desde el partido las miradas se centran ahora en Jill Biden, la primera dama, a la que ven como la única persona capaz de convencer al presidente de que dé un paso a un lado y se retire. Sin embargo Jill, de 73 años y principal apoyo personal y político de Biden, no parece por la labor, y confía en la capacidad de su marido.
Jill Biden, principal apoyo moral y político del presidente
Nada más terminar el combate dialéctico en Atlanta, Jill Biden apareció en escena para arropar a su esposo, al que ayudó a bajar el escalón de la tarima de la CNN como quien saca del cuadrilátero a un púgil derrotado por 'nocaut'. Jill personificó en ese apoyo físico su imagen como único bastón del presidente en lo político. Una imágen que se confirmó cuando ambos salieron a hablar con los asistentes a lo que tendría que haber sido una fiesta del Partido Demócrata. Ante los cientos de presentes en el hotel Hyatt Regency de Atlanta, Jill tomó el micrófono y todos parecieron olvidarse de lo que acababa de suceder.
"¿No ha hecho un gran trabajo el presidente? Sí", dijo a los seguidores, que empezaron a gritar a coro: "¡Cuatro años más!". Quizás el miedo a un retorno de Donald Trump a la Casa Blanca todavía surta efecto y consiga compensar las dudas que Biden genera entre sus propios votantes. A eso parecen agarrarse los Biden, a pesar de lo visto en el plató de la CNN: "Has respondido a todas las preguntas, conocías todos los datos. Y déjame preguntar a la multitud: ¿Qué hizo Trump?", se preguntaba la primera dama, a lo que se respondió a sí misma junto a los asistentes: "¡Mentir!".
Al día siguiente del debate, la pareja apareció en varios eventos, donde Biden siguió arropado por su mujer, su ya habitual telonera en los discursos. En un acto de recaudación de fondos en Nueva York, Jill abrió el melón de la avanzada edad de su marido. Por primera vez, fue franca sobre este tema y admitió las dudas que rondan las cabezas de dentro y fuera de su partido: "Vamos a hablar del debate de anoche, porque sé que está en vuestra cabeza. Como Joe dijo antes hoy, no es un hombre joven". La primera dama se erigió como confidente y asesora de Biden, relatando su conversación tras el duelo con Trump: "Después del debate de anoche, me dijo: ‘Sabes, Jill, no sé qué pasó. No me sentí tan bien’. Le dije: ‘Mira, Joe, no vamos a dejar que 90 minutos definan los cuatro años que has sido presidente".
Las encuestas hablan: Biden siembra dudas dentro y fuera de su partido
No importa cuánto se esfuerce Jill Biden, la imagen del actual presidente de los Estados Unidos está muy dañada, puede que definitivamente. Su participación en el primero de los dos debates que enfrentarán a los candidatos antes de las urnas, ha acentuado una impresión de excesiva vejez que ya existía mucho antes del cara a cara. La opinión pública no perdona, y una encuesta de 'YouGov' encargada por CBS, demuestra que el 72% de los votantes creen que Joe Biden debería retirarse de la carrera por la reelección. El mismo porcentaje considera que Biden no tiene la salud mental y cognitiva necesaria para gobernar la mayor potencia de Occidente. Esto supone un aumento del 9% del electorado que guarda esta opinión acerca del de Scranton con respecto a febrero.
Los motivos son claros. El 86% de los electores señalan los 81 años de edad de Biden como razón de peso para no ser un candidato válido. A pesar del empeño de Jill en felicitar a su esposo por "los cuatro años que has sido presidente", un 66% de los encuestados señala el historial presidencial del demócrata como razón de su desconfianza. En otros motivos se encuentran el temor por las decisiones que podría desembocar su reelección, con un 71% y las dudas sobre su capacidad para convencer en una campaña electoral, con un 56% de las respuestas.
Dentro del Partido Demócrata, el apoyo al candidato a renovar mandato también ha descendido drásticamente. Tras asegurarse ser el elegido del partido en las primarias, celebradas en marzo, y contando con el apoyo de la mayoría de los delegados con facilidad, el debate ha hecho aflorar las dudas sobre si Biden es el mejor candidato. La insurgencia de Trump requiere un contendiente fuerte, y quizás Biden no lo es, o así lo perciben según la encuesta de 'YouGov'. El apoyo se ha reducido drásticamente, aunque la mayoría del partido, un 55%, sigue creyendo que Biden es su mejor opción de cara a las elecciones de noviembre. Las bases demócratas se reunirán en Chicago del 19 al 22 de agosto.
Un 67% de los espectadores cree que Trump ganó el debate
Por su parte, Trump sigue esquivando balas. Parece increíble que un candidato con un historial tan dudoso siga creciendo en las encuestas a medida que se acercan los comicios, pero su rival se lo está poniendo fácil. Las encuestas dan al neoyorquino como ganador del debate por unanimidad. Nada más terminar, un primer sondeo de la CNN reforzaba esta idea con el 67% de la audiencia a favor. Pese a la habitual lluvia de bulos de Trump, no hay mucha diferencia entre los espectadores que creen que Biden dijo la verdad (40%) y los que creen que Trump lo hizo (32%).
"Entiendo la preocupación tras el debate", dijo Biden en un acto de recaudación de fondos en Nueva Jersey. "No tuve una gran noche. Pero voy a luchar más y os necesito conmigo para conseguirlo". El demócrata se agarra a su última esperanza ante un Trump que, pese a tener 78 años, parecía diez años más joven que el actual presidente, en palabras del analista J. Miles Coleman. Trump se mostró mucho más moderado que en el debate de 2020, en el que interrumpía constantemente a Biden. Su estrategia en este caso fue dejar que la inconsistencia de su rival hablase por sí misma. El republicano basó su ofensiva en su tema predilecto: la inmigración.
Una de las principales controversias de las elecciones presidenciales de 2020, que dieron la llave de la Casa Blanca a Biden, fueron las acusaciones de Trump sobre la fiabilidad de los resultados. Las dudas sembradas por el neoyorquino fueron el principal detonante del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Durante el debate, Trump mareó al ser preguntado sobre si aceptará los resultados de la cita de noviembre. Tras desviarse del tema varias veces, el expresidente contestó con reservas, diciendo que lo haría si eran unas "elecciones justas, legales y buenas", sin dar más detalles sobre el significado de esto.