Li-Meng Yan es el nombre de la viróloga china que ahora a acusado a su país de mentir sobre el coronavirus. Huída a Estados Unidos desde el pasado mes de abril, Yan ha señalado que el Gobierno chino ya conocía la peligrosidad y la rapidez de contagio del SARS-CoV-2 antes de informar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 31 de diciembre de 2019.

Asegura que en la China continental contaban incluso con mayor información de la que ella tenía en la Universidad de Salud Pública de Hong Kong, donde desde diciembre trabajaban ya con el virus. Las declaraciones las ha realizado en una entrevista con la conservadora cadena de televisión Fox, la predilecta de Trump, principal promotor de la guerra contra la OMS por considerarla "chinocéntrica".

Supuestamente, la viróloga averiguó la rapidez con la que el virus se estaba transmitiendo entre personas, lo cual se desconocía en esos momentos, e informó a su supervisor Leo Poon, un presunto contratista de la OMS que le habría pedido silencio para que su vida no corriese peligro. “Él me pidió que guardara silencio y que tuviera cuidado. Que no tocara la línea roja, es decir, que no fuera contra los procedimientos del Gobierno de China y que no contradijera sus principios. Si no, me metería en problemas y podría ‘desaparecer’", afirmó Yan en la entrevista. 

Por su parte, la OMS ha negado las acusaciones ya asegurado que, aunque “mucha gente trabaja para ellos como consultores”, no tienen datos que confirmen que Yan trabajase para un laboratorio especializado en virus de refencia para la organización. Y añaden que tampoco tienen ningún dato sobre Poon, el supuesto supervisor de la viróloga.