Reino Unido ha dado un golpe muy severo a la vuelta a la normalidad del turismo español. Boris Johnson ha decretado una cuarentena obligatoria a los turistas británicos que decidan venir a España, anunciando multas que pueden llegar hasta los 1.027 euros si no se cumple esta medida preventiva. Esta decisión ha pillado descolocado al sector hostelero, que, ya azotado por la pandemia, el miedo a viajar al extranjero, las pérdidas económicas y una temporada que llegó con meses de retraso ve ahora cómo su principal mercado pone palos en las ruedas a su recuperación. 

El argumento del gobierno británico es que hay muchos brotes en distintas regiones de nuestro país, haciendo especial hincapié en la Incidencia Acumulada de España, superior a la de la mayoría de países europeos. Según el último parte diario realizado por el Ministerio de Sanidad, España tiene una IA de 47,1 positivos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. La cifra es bastante superior a la de Reino Unido, que con 12,7 casos se mantiene en dígitos similares a los de Francia (12,2), cuyo gobierno también pidió expresamente a sus ciudadanos que no viajaran a Cataluña. 

Lo cierto es que España ha vuelto a convertirse en el espejo del continente europeo. El crecimiento de los brotes alerta a nuestros países vecinos, que miran con lupa el desarrollo de la pandemia en nuestras fronteras para tratar de anticiparse en su gestión. Destaca la labor de Alemania, que solo cuenta con una Incidencia Acumulada de 7,5 positivos por cada 100.000 habitantes. Incluso por debajo se sitúa Italia según cifras oficiales, que encienden a varios de sus expertos por notificar únicamente 4,8 positivos pese a tener una de las tasas de letalidad más elevadas de Europa. 

Tabla de casos en Europa 27 de julio. Fuente: Ministerio de Sanidad

Pero no solo Reino Unido ha puesto restricciones a sus ciudadanos para que no viajen a España. Tal y como desvela el propio Ministerio de Exteriores, la lista no deja de aumentar. El golpe británico ha sido la puntilla. Los turistas procedentes de Reino Unido suponen el 20% del total del turismo extranjero que recoge España, con especial predilección por las Islas Canarias, la Comunidad Valenciana y Andalucía. 

Es precisamente en los archipiélagos, tanto el canario como el balear, donde se mantiene ahora la pelota caliente. La ministra de Exteriores, Arancha González-Laya, se encuentra en negociaciones con Reino Unido para salvaguardar a las islas de la cuarentena obligatoria y tratar de paliar las consecuencias del cerrojazo de Johnson. De hecho, según el rotativo británico "The Sun", Reino Unido ya estaría dispuesto a no obligar a los ciudadanos que viajen a las islas a realizar la cuarentena obligatoria atendiendo a la realidad de la IA de Baleares y Canarias, muy inferior a la suya propia. 

Y es que los argumentos del Gobierno central y de las distintas administraciones autonómicas perjudicadas caminan en esta dirección. España es un país plural, con una incidencia del virus muy desigual dependiendo de a qué parte del mapa se mire. Mientras Cataluña y Aragón se ven sobrepasadas por los brotes, con una IA de 132 y 314 positivos por cada 100.000 habitantes respectivamente, zonas costeras dependientes del turismo británico como Canarias (7,1), Baleares (9,2), Andalucía (13) o la Comunidad Valenciana (18,7) piden al Gobierno que medie entre las partes para salvaguardar sus propios intereses justificando que sus regiones tienen cifras incluso inferiores a las de Reino Unido en su conjunto (12,7).

La solución del sector hotelero

Los hoteleros españoles se han ofrecido voluntarios para pagar los test a los turistas extranjeros que abandonen el país para evitar así que sean obligados a guardar cuarentena en sus países de origen o abstenerse a multas elevadas si no se cumple tal norma.

La Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT), sorprendida por la determinación de Reino Unido, ha pedido que se realicen pruebas PCR tanto en origen como en destino para que toda Europa actúe en base a unas normas comunes que protejan al ciudadano sin que la economía se vea resentida por este tipo de medidas unilaterales. 

¿Qué dicen las cifras?

Frente a los que asumen el relato británico se posicionan los que diluyen la verdad de la administración de Boris Johnson atendiendo a otros marcadores diferentes a la Incidencia Acumulada. Si vemos los casos totales de los países europeos que se notifican cada día, las cifras de Reino Unido (745en las últimas 24 horas) y los de España (855) no son tan dispares. 

Todavía es más llamativa la tasa de letalidad. España, que saca pecho de la alta cantidad de test que está realizando para detectar a los asintomáticos (el 60% del total según el director del CCAES, Fernando Simón), tiene una tasa del 10,2% según el último parte del Gobierno. Por su parte, países como Reino Unido o Italia lo superan, con un 15,3% y un 14,3% respectivamente. 

Golpe a la economía

En manos de las negociaciones bilaterales está el devenir de la economía española, que podría verse duramente dañada por la decisión de Reino Unido. En declaraciones del vicepresidente ejecutivo de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), José Luis Zoreda, podría tener un efecto "devastador" en el sector turístico. 

Los ingresos procedentes de turistas británicos en agosto del año pasado ascendieron a 2.523 millones de euros, que se unen a los 2.048 millones de septiembre. Si a esto le sumamos el resto de restricciones impuestas por otros países y el daño reputacional de la decisión, el revés podría alcanzar los 8.700 millones de euros.