El jefe del Ejecutivo en una entrevista con los medios de comunicación dijo que si el referéndum no logra conseguir la mayoría de los votos los aborígenes estarían en el primer plano de la actualidad para lograr muchas de las necesidades que adolecen. Por otro lado, remarcó que desde el comienzo de la campaña de la Consulta electoral estuvo trabajando con ´´uñas y dientes´´ para conseguir que ´´VOICE´´ acapare el mayor número de votos. Sin embargo, algunos ministros han puesto en entredicho que los enormes esfuerzos, no solo por el mandatario político, sino por el resto del gabinete, sean suficientes para conseguir sus aspiraciones. 

Mientras tanto, en la banda opuesta el líder de la Oposición Peter Dutton, junto a la senadora aborigen Jacinta Nampijinpa, siguen echando pestes contra el primer ministro sobre los presupuestos que se ha gastado el Ejecutivo para apoyar la campaña con el fin de conseguir la mayoría de los votos. Asimismo, remarcaron que era esencial revisar las cuentas, para que el dinero malgastado fuese empleado en la gente que necesita ayuda de inmediato. Del mismo modo, cargaron contra el gobierno diciendo que la propuesta de referéndum sólo serviría para dividir más a la ciudadanía.

El líder indígena valora positivamente la voluntad del Gobierno y lamenta la discriminación social

Al margen de las críticas contundentes del partido de la oposición y las dudas en las filas del Gobierno, Noel Pearson, quien ha estado haciendo campaña a favor de´´VOICE´´ insiste en que la consulta electoral es un cambio más bien modesto, pero ´´profundiza sobre nuestras aspiraciones de futuro”. Además, ha remarcado que “si la mayoría de los australianos acepta el referéndum las autoridades que nos gobiernan tendrían la responsabilidad de combatir el bienestar de nuestros hijos, nuestras familias y nuestro propio destino”.

Pearson, graduado en historia y leyes en la Universidad de Sídney, añadió que entre las comunidades indígenas cuentan con mucha gente talentosa y dispuesta a ofrecer su amistad. Sin embargo, recapacitando sobre tiempos pasados, ha enfatizado en  los altos índices de nativos en las penitenciarías del Estado, así como las expectativas de vida y las pocas posibilidades que tuvieron para hacer sus estudios en universidades australianas.

Abundando detalles añadió   que “un gran porcentaje de australianos tienen una noción muy negativa de los aborígenes también en el presente”.  Una afirmación rotunda la del historiador, que concuerda con las investigaciones realizadas en el 2020 por la universidad nacional de Australia, en el curso de una encuesta con 11.000 personas. Sidharth Shirodkart, autor de dicha investigación, ha destacado que los resultados de la encuesta no solamente tienen que ver con la opinión de los indígenas del país, sino con el resto de la ciudadanía australiana.

Rechazo a la consulta

La mayoría de los sondeos de opinión han rechazado la Consulta electoral en una horquilla entre el 39 y 42%. No obstante Roger Cook, mandatario político de la demarcación estatal de Australia Occidental, dijo a los periodistas que todavía había tiempo durante esta semana para dar un vuelco a los sondeos, ya que hay mucha gente que está indecisa y podría votar por “VOICE”.

La mayoría de las consultas fracasaron

La falta de planificación y limitaciones impuestas a la hora de votar por parte de los gobernantes fueron dos de las causas principales, teniendo en cuenta que, en algunos, no toda la ciudadanía podía votar.

Desde el año 1901, cuando el imperio británico dio alas al primer gobierno australiano para comenzar a dar sus primeros pasos, se celebraron un total de 44 referéndums, y solo en ocho ocasiones han sido exitosos. En algunos casos se convocaron de un año para otro; en 1916 y 1917 cuando el gobierno de turno proponía consultas electorales relacionadas con el servicio militar. Eran tiempos más “relajados”, cuando no existía el voto obligatorio. Los dos plebiscitos fueron rechazados.

Por lo que respecta al resto de los referéndums fracasados, dos de los más controvertidos han sido en 1967 y 1999. La consulta del final del siglo también resultó fallida a pesar de la gran ilusión de millones de australianos y emigrantes que anhelaban tumbar a la monarquía para convertirse en un país republicano.

En el recuento de votos, de los 11 millones de australianos que se acercaron a las urnas, poco más del 60% eligieron continuar con el régimen monárquico, mientras que casi el 40% votaron por el cambio de la Constitución. En el curso de los debates, uno de los episodios que mermaron las posibilidades de los republicanos fue que el comité central encargado de llevar a cabo la consulta electoral no se puso de común acuerdo sobre la elección del presidente. Mientras, algunos miembros del comité central aludían que, en el caso de conseguir la victoria, el presidente republicano fuese elegido por el parlamento. Otros, sin embargo, preferían que fuese la ciudadanía. 

Por otro lado, en la consulta del año 1967, que también resultó fallida, el Gobierno proponía que los aborígenes del país tuvieran los mismos derechos que el resto de la ciudadanía, incluyendo igualdad laboral y salarial.

Finalmente, repasando el presente, cabe decir que, según las normas establecidas, cuatro de las seis demarcaciones estatales tienen que votar a favor del referéndum. Algo que según algunos analistas, es muy difícil de conseguir.