Pedro Sánchez ha arrancado el curso político con la ambiciosa tarea de reforzar la imagen de España a nivel mundial y certificar diferentes alianzas geoestratégicas para intentar paliar las consecuencias de la guerra de Ucrania. En este sentido, si la semana pasada el presidente del Gobierno viajaba a América Latina -Colombia, Ecuador y Honduras- para profundizar las relaciones con estos países y posicionar a las empresas españolas, este martes se desplazará hasta Alemania para reunirse con el canciller alemán, Olaf Scholz, buscando refrendar la alianza por las interconexiones energéticas de la Unión Europea.

Un encuentro que se produce en un contexto en el que la dependencia de Alemania del gas ruso empieza a ser un auténtico dolor de cabeza para el ejecutivo germano. De hecho, ha sido el propio canciller alemán el que ha invitado a su homólogo español a participar en una sesión extraordinaria de su Consejo de Ministros en el que se van a abordar la estrategia de seguridad nacional y los problemas de suministro energético del país bávaro.

Por ello, uno de los puntos a tratar será el proyecto de conexión gasística entre España y Alemania, que ambos gobiernos se han encargado de bendecir. En concreto, Sánchez y Scholz buscan convencer a la Unión Europea de impulsar el proyecto de conexión energética del Midcat, con el que España pasaría a tener un papel mucho más activo en la distribución del gas que procede de Argelia.

No obstante, por el momento el proyecto se encuentra paralizado debido a que el gobierno francés, pieza fundamental, no lo ve con buenos ojos. Frente a esta negativa, Sánchez ya ha movido ficha y ha planteado otro posible escenario: si Macron no levanta el veto, Italia puede convertirse en el intermediario en el gasoducto germano-español. Sería más costoso, pensado a medio plazo y en un contexto que apremia, pero el líder del Ejecutivo es consciente de que con esta conexión España saldría reforzada a futuro. Además, este gasoducto, pensado en primer término para paliar la grave crisis de dependencia que tiene Alemania con Rusia, serviría para el envío de hidrógeno en sustitución del gas en un plazo de 10 años, cuando, según las voluntades de Europa, esta energía debería quedar obsoleta.

No es la primera vez que el canciller alemán mira a nuestro país como un socio estratégico y prioritario -no en vano, España y Alemania son ahora mismo los grandes estandartes de la socialdemocracia europea-. El propio Scholz se ha deshecho en halagos hacia su homólogo español en las últimas fechas, reconociéndole la labor realizada en España y diciendo que “ha defendido de forma brillante los intereses de su país” en las sucesivas cumbres europeas que han tenido lugar en las últimas fechas.

Alemania supera los 1.000 euros/MWh para 2023

Por otra parte, Alemania ha visto este lunes como el coste mayorista de la luz se ha disparado hasta superar por primera vez los 1.000 euros/MWh para 2023, duplicado su precio en apenas dos semanas por la crisis de suministro energético.

El pasado 16 de agosto presenciaron por primera vez los 500 euros/MWh, lo que representa una subida de alrededor del 100%, según los datos de la Bolsa Europea de Energía. Respecto a los datos del año pasado, la subida es mucho mayor, puesto que el precio del megavatio hora estaba por debajo de los 90 euros.

A las 10:19 horas, el precio de la energía en Alemania en vistas a 2023, ha alcanzado los 1.050 euros/MWh, según los datos recogidos por el medio especializado Bloomberg.

Por otro lado, Francia también superó, el pasado viernes, el nivel de los 1.000 euros/MWh en el precio de los futuros energéticos, debido a los cierres de cuatro reactores nucleares durante algunas semanas por problemas de corrosión.