Este miércoles, el Gobierno de Rusia ha calificado como "acto de terrorismo" la explosión de miles de dispositivos de comunicación, conocidos como 'buscas', supuestamente utilizados por miembros del partido-milicia chií Hezbolá en Líbano. Estos incidentes, atribuidos a Israel, han resultado en la muerte de aproximadamente diez personas y han dejado más de 2.800 heridos. Según ha declarado María Zajarova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, "se trata de un nuevo acto de guerra híbrida" contra el país.
Zajarova ha expresado que los organizadores de este ataque de alta tecnología "buscaban deliberadamente una confrontación armada a gran escala", con el objetivo de provocar un conflicto en Oriente Próximo. Ha condenado enérgicamente el ataque, describiéndolo como una violación grave de la soberanía del Líbano y un desafío serio al Derecho Internacional, debido al uso de armas no convencionales. Además, ha subrayado la necesidad de una investigación exhaustiva para llevar a los responsables ante la justicia y evitar que estos actos de terrorismo queden impunes.
Por su parte, Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, ha advertido que el incidente "lleva a un aumento de las tensiones" en una región ya de por sí explosiva, donde cada incidente puede desencadenar una situación fuera de control. Peskov ha hecho hincapié en la importancia de una investigación profunda para entender completamente la situación y ha mencionado que especialistas deben estudiar el caso para adoptar medidas que eliminen riesgos similares en el futuro.
Escalada de tensión en Oriente Próximo tras el ataque atribuido a Israel
Según informes, las explosiones habían sido atribuidas inicialmente a un ataque informático. No obstante, funcionarios estadounidenses confirmaron a The New York Times que la Inteligencia israelí había ocultado material explosivo dentro de un nuevo lote de unos 3.000 'buscas' importados a Líbano. Estos dispositivos contenían entre 30 y 60 gramos de explosivos junto a la batería y un sistema de activación remota para la detonación a su llegada a territorio libanés. Hezbolá distribuyó estos 'buscas' entre sus miembros en Líbano, Siria e incluso Irán.
Los dispositivos que estaban encendidos recibieron un mensaje a las 15.30 horas (hora local) que activó los explosivos tras un pitido de notificación de varios segundos. Aunque se cree que muchas de las víctimas son miembros de Hezbolá, entre los fallecidos hay también una niña, y aún se desconoce cuántas de las víctimas eran realmente integrantes de la formación y en qué cargos operaban.