El expresidente de Estados Unidos Barack Obama ha roto su silencio sobre la guerra que enfrenta a Israel y Hamás en la Franja de Gaza y ha lanzado una advertencia al Gobierno israelí sobre las posibles "consecuencias" de su ofensiva militar, que considera "contraproducente" para el futuro del Estado judío y la estabilidad de la región.

En un largo comunicado difundido este lunes, Obama expresó su condena al "horrible ataque" del brazo armado de Hamás contra Israel y reivindicó el "derecho a defenderse" de Israel. En este sentido, aplaudió la estrategia de su sucesor, Joe Biden, de apoyo incondicional al Gobierno de Benjamín Netanyahu, al que ha ofrecido ayuda militar y diplomática para hacer frente a la amenaza de Hamás.

Sin embargo, Obama también opinó que es "importante" que Israel respete el derecho internacional en la guerra contra Hamás en Gaza, evitando "en la medida de lo posible" la muerte de civiles inocentes. Según los datos del Ministerio de Salud palestino, los bombardeos israelíes han causado cerca de 5.000 muertos, siendo cerca de un 40% niños.

"El mundo está siguiendo de cerca los acontecimientos en la región y cualquier estrategia militar israelí que ignore su impacto humanitario podría resultar contraproducente", advirtió Obama, que recordó que miles de palestinos ya han perdido sus hogares o han sido desplazados por los ataques israelíes.

Asimismo, el expresidente estadounidense criticó especialmente la decisión de Israel de cortar el acceso a comida, agua y electricidad a una población civil "cautiva", lo que amenaza con empeorar una crisis humanitaria "cada vez mayor". Además, alertó de que esta medida podría radicalizar a los palestinos "durante generaciones", erosionar el apoyo mundial a Israel, hacer el juego a los enemigos del Estado judío y socavar los esfuerzos a largo plazo para lograr la paz y la estabilidad en la región.

"Es importante que quienes apoyamos a Israel en este momento de necesidad impulsemos una estrategia contra Hamás que minimice el número de víctimas civiles", dijo Obama, que abogó por una solución política al conflicto basada en dos Estados, uno israelí y otro palestino, que convivan en paz y seguridad. “Defender estos valores es importante por sí mismo, porque es moralmente justo y refleja nuestra creencia en el valor inherente de cada vida humana. Defender estos valores también es vital para construir alianzas y moldear la opinión internacional, todo lo cual es fundamental para la seguridad de Israel a largo plazo”, ha añadido.

En ese sentido, aplaudió la apertura el fin de semana del paso fronterizo de Rafah entre Gaza y Egipto para permitir la entrada al enclave de camiones con ayuda humanitaria que estaban varados desde hacía días. Asimismo, celebró los esfuerzos de mediación de Egipto, Qatar y Naciones Unidas para lograr un alto el fuego entre Israel y Hamás, que por el momento no ha fructificado.

Obama se suma así a las voces internacionales que han expresado su preocupación por la situación humanitaria en Gaza y han pedido el fin de las hostilidades. Entre ellas se encuentran el secretario general de la ONU, António Guterres, el papa Francisco, el Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, o el propio presidente del Gobierno de España en funciones, Pedro Sánchez.

Sin embargo, Estados Unidos ha bloqueado hasta ahora tres intentos del Consejo de Seguridad de la ONU para emitir una declaración conjunta pidiendo un alto el fuego inmediato. La Casa Blanca ha defendido que está trabajando "intensamente" por la vía diplomática para lograr una desescalada, pero ha evitado presionar públicamente a Israel para que detenga su ofensiva.

Una liberada por Hamás afirma que fue tratada “con sensibilidad”

Por otra parte, Yocheved Lifschitz, una de las rehenes liberadas en la tarde del lunes por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) tras su secuestro junto a más de 200 personas durante los ataques ejecutados el 7 de octubre, ha afirmado este martes que "vivió un infierno" durante el asalto y ha destacado que fue tratada "con sensibilidad" durante su cautiverio en la red de túneles en el enclave palestino.

En concreto, Lifschitz, de 85 años, ha relatado su secuestro durante el ataque del 7 de octubre y ha detallado que fue trasladada en una motocicleta "con las piernas a un lado y la cabeza al otro" mientras era golpeada con palos. Asimismo, los asaltantes le robaron el reloj y otras joyas antes de obligarla a atravesar una zona de campos hasta llegar a la red de túneles, que ha descrito como "una tela de araña".

Asimismo, ha destacado que "sufrió un infierno" durante los ataques y ha indicado que los miembros de Hamás irrumpieron en el kibbutz tras "volar" la valla, que "costó 2.500 millones de dólares (cerca de 2.350 millones de euros) construir y que no ayudó en nada". "Las masas arrasaron nuestras casas. Golpearon a la gente y secuestraron a algunos. No distinguieron entre jóvenes y ancianos, fue muy doloroso", ha lamentado.

Lifschitz ha manifestado además que, una vez en los túneles de Gaza, los miembros de Hamás les comentaron que "eran creyentes en el Corán y no les harían daño". "Nos dijeron que viviríamos en las mismas condiciones que ellos en los túneles", ha señalado, antes de incidir en que fueron vigilados "de cerca", tal y como ha informado el diario israelí 'Haaretz'.

La mujer ha respondido además a por qué dio la mano de un miembro de Hamás tras su liberación y ha explicado que "les trataron bien". "Parecía que realmente estaban preparados y que habían ocultado esto durante mucho tiempo", ha sostenido. "Vinieron un médico y un doctor", ha dicho Lifschitz, quien ha agregado que posteriormente se les entregaron mantas, mientras que los médicos realizaron visitas cada dos días.

"El tratamiento que nos dieron fue bueno", ha señalado la mujer, que ha relatado que los doctores trataron a un rehén que se encontraba herido y que se preocuparon por garantizar que las condiciones en las que estaban eran higiénicas. "Limpiaron los baños, no lo hicimos nosotros. Tenían miedo a un contagio", ha dicho.