Apenas han pasado dos días desde que tomó las riendas del país y Giorgia Meloni ya ha protagonizado su primera polémica. La ultraderechista anunció que quiere ser tratada como “el primer ministro”, en lugar de apostar por su declinación femenina. Esta controversia se extrae de uno de sus primeros comunicados emitidos desde su constitución el pasado domingo, tras ser presentada con la denominación masculina.

El primer ministro, Giorgia Meloni, estará el martes 25 de octubre en la Cámara de los Diputados para hacer declaraciones sobre su programa de Gobierno”, reza la última nota emitida por el Palacio Chigi. En otro de los escritos se recoge la “fructífera conversación” entre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y “el primer ministro” de Italia, es decir, Meloni.

La controversia lingüística no ha pasado desapercibida para los medios de comunicación ni, por supuesto, para el resto de fuerzas que conforman el parlamento italiano. La que fuera presidenta de la Cámara de los Diputados Laura Boldrini, del Partido Democrático (PD), se ha situado entre los más críticos con el relato de Meloni. La expresidenta del parlamento se preguntó si “es demasiado” para la líder de Fratelli d’Italia usar la declinación femenina para referirse a sí misma.

Boldrini afea a Meloni que sea la “primera mujer primera ministra” y utilice la voz masculina. “¿Qué le impide reivindicar en la lengua su liderazgo? ¿Afirmar lo femenino es demasiado para HDI, un partido que ya olvida a las hermanas en su nombre?”, se cuestionó la expresidenta de la Cámara italiana.

En términos similares se pronunció Carlo Calenda, dirigente de la coalición Tercer Polo, de perfil centrista, deslizando que se está retornando “al nivel polémico de Peppa Pig”. Avisa de que ya se está “descarrilando”, enumerando las primeras controversias del Gobierno de Meloni hasta llegar a esta última. “Creíamos que Peppa Pig era un disco irrepetible”, lamentó el parlamentario.

La decisión de la premier italiana no solo ha recibido críticas de sus colegas, sino también de los medios de comunicación. Especialmente duros han sido desde la Unión Sindical de Periodistas de la televisión pública italiana (RAI). A través de un comunicado, han afeado a la premier transalpina su frontal oposición a la normativa europea sobre el uso del femenino en cargos y profesiones. “Mientras Italia se adapta laboriosamente a estos preceptos, en muchas redacciones de la RAI asistimos a un peligroso retroceso”, deslizaban. Esta censura entronca con las presiones que la dirección está ejerciendo para referirse a Meloni como “primer ministro” porque ella lo ha solicitado.

En el sector académico también se han escuchado los ecos de la polvareda levantada por Meloni. La lingüista italiana Vera Gheno, especializada en lenguaje inclusivo, ha aclarado que el uso del masculino en este caso no se considera un error por parte de la Crusca, el equivalente a la RAE en España. De hecho ha sentenciado que tiene libertad para elegir entre la declinación femenina y la masculina para su cargo, debido a que se trata de una “elección política”. Eso sí,