En 2013, Jorge Mario Bergoglio rompía una tradición de siglos al convertirse en el primer papa latinoamericano. Ahora, la Iglesia podría vivir un nuevo hito: la llegada de un papa asiático. El nombre de Luis Antonio Tagle, cardenal filipino con una mezcla de ternura y determinación, resuena en el aire vaticano con fuerza inusitada. Su posible elección reabriría el debate sobre el centro simbólico de la Iglesia y su rumbo en el siglo XXI. Pero su camino al trono de San Pedro no está exento de obstáculos: dentro de la Iglesia aún persisten inercias eurocéntricas y sectores conservadores reticentes a un papa no europeo.
Un cónclave hacia la diversidad
Tras la muerte del Papa Francisco, la Iglesia católica se prepara para un cónclave que promete ser histórico. Por primera vez, un cardenal de Asia podría alzarse como Sumo Pontífice, algo impensable hace unas décadas. De hecho, durante un viaje a Filipinas, el propio Francisco llegó a afirmar que "el futuro de la Iglesia está en Asia", reconociendo así el crecimiento del catolicismo en ese continente. En Filipinas –el país asiático con más católicos– muchos ven en Tagle la promesa de una Iglesia más global e inclusiva.
Esa esperanza está personificada en el cardenal Luis Antonio Gokim Tagle, de 67 años. Con sonrisa afable y trato sencillo, Tagle proyecta una imagen juvenil y cercana. Hijo de padre filipino y madre de ascendencia china, encarna en su biografía la diversidad de Asia. Ordenado sacerdote en 1982, fue arzobispo de Manila antes de ser llamado a Roma para liderar el Dicasterio para la Evangelización.
Tagle, el “Francisco asiático”
Tagle se ha ganado el corazón de los fieles por su estilo humilde y empático. En Filipinas es conocido simplemente como "Chito" y es especialmente querido entre los jóvenes. Prescinde de lujos, rara vez usa vehículo oficial y suele compartir la mesa con personas necesitadas. Su ministerio está marcado por la defensa de los pobres, migrantes y marginados, en línea con el mensaje social impulsado por Francisco. Esa afinidad le valió el sobrenombre de "Francisco asiático", al ser visto como quien podría continuar el legado pastoral del Papa latinoamericano.
Más allá de su carisma, Tagle también destaca por su sólida formación. Obtuvo un doctorado en Teología en Estados Unidos. Con frecuencia ha abogado por una Iglesia más compasiva: mayor misericordia con los divorciados vueltos a casar y acompañar pastoralmente a las personas LGTBI. Al mismo tiempo, es firme en temas cruciales como la defensa de la vida –se opone al aborto y la eutanasia– y ha denunciado con valentía los abusos sexuales del clero, pidiendo mayor humildad y transparencia en la institución.
El equilibrio entre fidelidad doctrinal y cercanía pastoral hace que muchos vean en Tagle a un candidato idóneo para unir a la Iglesia en una visión renovada pero en continuidad con Francisco. No sorprende que su nombre ya sonara en el cónclave de 2013, hoy resurja con fuerza como uno de los favoritos para liderar la Iglesia católica.
Tradiciones vs. cambio: las resistencias en Roma
Pero la posibilidad de un papa asiático enfrenta también barreras. El Colegio Cardenalicio actual es el más diverso de la historia, fruto de la internacionalización impulsada por Francisco. Aun así, Europa conserva el bloque más numeroso de electores (más de un tercio del total) y un peso institucional arraigado tras siglos de predominio. Esa inercia eurocéntrica podría llevar a algunos cardenales a inclinarse por un sucesor de origen europeo. De hecho, muchos de los llamados "papables" provienen del Viejo Continente y cuentan con apoyos consolidados en la Curia.
Por otro lado, influye la división interna de visiones. La afinidad de Tagle con las reformas de Francisco despierta recelos en el ala conservadora de la Iglesia. Algunos purpurados tradicionalistas incluso han advertido públicamente contra la elección de un supuesto "Papa hereje" que prolongue esa línea aperturista. Este pulso entre continuistas y ortodoxos promete influir en las votaciones secretas bajo la Sixtina.
Filipinas, en vilo
En Manila y otras ciudades filipinas, la feligresía sigue con esperanza y oración el desarrollo de los acontecimientos. La posibilidad de ver a uno de los suyos convertido en Sucesor de Pedro ha desatado entusiasmo. La Conferencia Episcopal de Filipinas incluso llamó a la calma, pidiendo a los fieles que no "hicieran campaña" por Tagle sino que se limitaran a rezar.
Si el cardenal Tagle resultara elegido, sería el primer Papa oriundo de Asia en la bimilenaria historia de la Iglesia. Sería un gesto poderoso hacia una fe verdaderamente universal, reflejando que el catolicismo ya no es patrimonio exclusivo de Europa. Su pontificado podría consolidar las reformas pastorales de Francisco, a la vez que daría nueva voz a las iglesias de Asia y del llamado "sur global". Si en cambio los cardenales se decantan por otra figura, quedará patente el peso de las corrientes tradicionales en este momento. Este cónclave se vive con tensión y expectativa, sabiendo que la decisión de los purpurados repercutirá en el rumbo de los más de 1.300 millones de católicos del mundo.