La derecha sistémica está ganando la batalla europea. El avance de las alternativas ultraconservadoras en el viejo continente ha definido una disyuntiva de la que la izquierda socioliberal, que engloba a la familia de los PS, ha quedado excluida y que las alternativas socialdemócratas, ni que decir las socialistas o comunistas, no están consiguiendo romper. O un candidato euroescéptico y ultraconservador o un neoliberal conservador alineado con los principio otanistas. Esas son las dos únicas opciones entre las que gran parte de la población europea se está viendo obligada elegir, tal y como ha quedado certificado este fin de semana.

Tres países acudían a las urnas este pasado domingo y la fotografía es la misma que la que pudo verse con anterioridad en otros vecinos. En Rumanía, el candidato neoliberal y europeísta Nicusor Dan se ha impuesto por la mínima (53,67%) al ultraderechista prorruso George Simion (46,33%), después de volver a celebrar unas elecciones que había ganado la alternativa euroescéptica y que la Justicia obligó a repetir por supuesta injerencia extranjera, es decir, rusa. Los Veintisiete respiran aliviados tras decantarse la balanza en favor de su opción.

 En Polonia, la batalla será la misma el próximo 1 de junio. Hace escasas horas se cerraba la primera vuelta de las presidenciales y, para sorpresa de nadie, los dos candidatos que se enfrentarán en la contienda final serán un euroescéptico y un liberal defensor de la Unión Europea (UE). Las democracias liberales se las prometen muy felices también en estos comicios, dado que el candidato más votado en esta primera ronda ha sido Rafal Trzaskowski, apoyado por el primer ministro Donald Tusk.

El vencedor se ha alzado con un 31,2%, seguido del 29,7% de Karol Nawrocki, activo trumpista que encabeza la candidatura de Ley y Justicia y que le enfrentará en la segunda vuelta. La situación de Polonia es especialmente decadente para las izquierdas y cada vez se expande a más países. Muestra de ello es que el tercer candidato más votado ha sido el autodenominado libertario Slawomir Mentzen, con el 14,5%, seguido del ultraderechista Grzegorz Braun, con un 6,3% y sin ninguna opción progresista por encima del 5%.

Portugal, el golpe más doloroso para la izquierda

La izquierda europea albergaba pocas esperanzas en Polonia y Rumanía; sin embargo, el golpe sufrido en Portugal sí que ha dolido al conjunto de la familia progresista. Más triste es el escenario al contemplar que la lucha del Partido Socialista (PS), que hasta hace poco más de un año gobernaba el país con Antonio Costa, ha sido con Chega, opción de extrema derecha, y por la tercera posición. En primera posición, la coalición conservadora Alianza Democrática (AD) ha ganado las elecciones legislativas con un 32,10 por ciento de los votos y 86 diputados.

La opción socioliberal del PS se ha quedado a mucha distancia, con el 23,38% y 58 diputados. Además, ha perdido el dominio en mucho territorios sureños históricamente dominados por la izquierda, en favor de una ultraderecha que se ha quedado con el 22,56% y los mismos diputados. Por detrás, iniciativa Liberal con un 5,53% de votos y 9 diputados y el partido socialdemócrata Libre con un 4,20% y 6 asientos.

Los comunistas de la Coalición Democrática Unitaria (CDU) se han hecho con tres escaños y el 3,03%. Por su parte, el Bloque de Izquierda (2%) se ha quedado en uno, al igual que Personas-Animales-Naturaleza (1,36%) y el partido Juntos por el Pueblo (0,34%). Con estos resultados, el camino sigue sin estar despejado para la derecha, que se ha visto obligada a repetir las elecciones por la inestabilidad que terminó por detonar un escándalo del primer ministro. Ahora, otra vez sin mayoría, requerirá una vez más del apoyo del PS, a la alemana, o de la extrema derecha de Chega. 

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