Este domingo a medianoche se cumple el plazo que le dio el Parlamento Europeo a Reino Unido para lograr un acuerdo que regule las relaciones entre ambos bandos a partir del 1 de enero. Un pacto que ahora mismo se encuentra atascado.
Tal y como recoge el diario ‘The Telegraph’, el Ejecutivo que lidera Boris Johnson es muy pesimista sobre la posibilidad de encontrar un acuerdo sobre la bocina. Entre las numerosas desavenencias entre Reino Unido y la Unión Europea, fuentes del Gobierno británico destacan a los derechos de la pesca. En este sentido, este domingo el ministro de Sanidad británico, Matt Hancock, ha acusado a la Unión Europea de mantener sus “demandas poco razonables”. Por su parte, el Parlamento Europeo se ha mostrado abierto y “dispuesto” a mantener una sesión especial para aprobar cualquier decreto. No obstante, han dejado claro que no lo harán si no reciben los textos legales del acuerdo antes de la medianoche del domingo para poder estudiarlos y valorarlos.
En las últimas semanas, se han pronunciado las acusaciones entre ambos bandos. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no ocultaba su “agotamiento tras casi un año de negociaciones”, pero abogaba por “intentar un esfuerzo adicional”. Por su parte, Johnson no ocultaba que “las posiciones siguen muy alejadas”.
Hay que recordar que en el caso de que no se alcance una salida pactada, la Comisión Europea ya publicó una serie de planes de contingencia, que abarcaban la seguridad aérea, el transporte terrestre y aéreo, y la pesca. Asimismo, el Reino Unido también ha preparado esta salida dura –hay que destacar que si esto finalmente sucede, el país estaría regido por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)-.
Tirón de orejas al Gobierno británico
Por otra parte, este mismo sábado el comité del Parlamento británico responsable de analizar la futura relación entre Reino Unido y la Unión Europea afeaba al Ejecutivo de Boris Johnson su “falta de preparación" a la hora de emprender una nueva etapa con el bloque europeo.
El Comité para la Relación Futura con la Unión Europea tildaba de "decepcionante" que algunas decisiones "se hayan retrasado tanto", como el asunto de la frontera irlandesa. "Los ciudadanos de Irlanda del Norte se merecían conocer mucho antes los términos comerciales dentro de su propio país", según las conclusiones.
En lo que se refiere a cuestiones de seguridad, la comisión lamentaba que Reino Unido "va a perder el acceso a ciertas bases de datos y fuentes de información que habrían servido de mucho al país, lo que es algo preocupante", y ve "improbable" que el acuerdo bilateral de entrega de detenidos esté listo para reemplazar al programa europeo de órdenes de arresto.
"Si bien aplaudimos los esfuerzos del Gobierno para comunicar a las empresas los cambios que tendrán lugar a partir del 1 de enero, los resultados parecen un poco irregulares, dicho en el mejor de los casos" añadía el comité, que detectaba "una falta de preparación en términos generales".