La llegada de los talibanes a Afganistán ha provocado un aumento significativo del precio de los burkas, llegando a duplicar su valor en solo unos días. Algo que tendría que ver con la obligación que las mujeres tienen a utilizar dicha vestimenta por orden del grupo insurgente.

Según refleja la ley islámica, las mujeres deberán volver a utilizar el velo evitando contradecir la normativa por la que se rigen los talibanes y más tras la retirada del Ejército afgano y el inicio del nuevo régimen.

A pesar de que se han llegado a duplicar los burkas por temor a incumplir con la medida, el portavoz talibán Zabihullah Mujahid aseguró que ellos respetarán los derechos de las mujeres, pero siempre "dentro del marco de la sharia".

Mujahid justificó que en el nuevo régimen "no habrá discriminación" hacia las mujeres y aseguró que ellas "van a trabajar hombro con hombro con nosotros". Algo que resulta contradictorio, pues hasta ahora, el grupo insurgente se mostraba contrario a que la mujer trabajara.

20 años después de la marcha de los talibanes, las mujeres vuelven a temer que las prohibiciones fijadas por antiguo régimen talibán puedan volver. Entre ellas se encuentran: la prohibición de salir de casa si no van con un hombre cercano, marido, hermano o padre; de trabajar fuera de casa o de enseñar alguna parte de su cuerpo en público.

Por ello muchas mujeres han mostrado su interés por protegerse de posibles castigos por no llevar la vestimenta de velo largo que cubre todo su cuerpo al completo. Algo que se vio reflejado en el cambio de una periodista de la CNN, Clarissa Wardras, quién en un día pasó de estar vestida con una vestimenta normal con colores, a utilizar un velo islámico con el que sólo se le veía la cara.