Los talibán han asegurado que no tienen previsto establecer vetos internacionales y que aspiran a tener "buenas relaciones diplomáticas y comerciales con todos los países", en un contexto en el que las reacciones foráneas van desde el estupor al pragmatismo. El régimen depuesto en 2001 solo lo reconocían Pakistán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, pero desde la toma de Kabul el domingo los talibán están vendiendo otra imagen que dista de la de hace 20 años y que habla de inclusividad en la toma de decisiones o de respetar los Derechos Humanos.

A falta de ver en qué se concretan estas promesas y del resultado de las negociaciones ya en marcha con los líderes políticos locales -encabezados por Hamid Karzai y Abdulá Abdulá-, los talibán también han tendido puentes hacia una comunidad internacional que por el momento desconfía de lo que Human Rights Watch (HRW) ha descrito como "palabras vagas".

Un portavoz insurgente, Zabihulá Muyahid, ha confirmado este jueves en Twitter la buena voluntad diplomática del "Emirato Islámico", en un intento por salir al paso de los "rumores". "No hemos hablado de no hacer negocios con países concretos", ha asegurado, sin aludir a ningún caso particular.

Estados Unidos, bajo la Presidencia de Donald Trump, se sentó a negociar con los talibán y firmó un acuerdo que, en febrero de 2020, sentó las bases del repliegue militar que ha terminado de consumarse con el demócrata Joe Biden. La principal preocupación de Washington sería la de que Afganistán volviese a la casilla de salida, de nuevo como bastión del terrorismo a gran escala.

La mayoría de gobiernos occidentales optan por ahora por ver qué pasa en el proceso negociador, aparcando por el momento mensajes contundentes en relación al reconocimiento o no de un futuro régimen. "Juzgaremos al régimen según las elecciones que hagan y por sus acciones, en vez de por sus palabras", sentenció el miércoles el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, resumen de un sentir general.

El Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, ha apuntado en varias comparecencias y entrevistas que el bloque no tiene previsto por ahora ningún reconocimiento, si bien sí ha admitido que se deberán abrir "canales de comunicación" para resolver cuestiones prácticas, empezando por los procesos de evacuación en marcha desde Kabul.

El Gobierno de Francia, sin embargo, ya ha dejado claro por boca de su secretario de Estado de Asuntos Europeos, Clément Beaune, que "no habrá ningún reconocimiento" del régimen talibán, aunque al mismo tiempo ha reconocido en declaraciones a Franceinfo que sería "una noticia un poco menos mala" que en el futuro gobierno hubiese miembros de otras facciones políticas.