Este sábado, la capital de Somalia, Mogadiscio, se ha visto sacudida por una serie de explosiones que han dejado un saldo de al menos cinco personas fallecidas y ocho más heridas. Las autoridades locales han calificado el incidente como un presunto atentado terrorista, aunque hasta el momento ningún grupo ha asumido la responsabilidad del ataque. Las detonaciones se produjeron en el distrito de Kahda, un área de ocio popular entre los jóvenes.
El comisario del distrito, Abdullahi Sheikh Abdirahman, describió la situación como "caótica". Según sus declaraciones, la primera explosión provocó una rápida movilización de personas intentando auxiliar a los heridos, momento en el cual se produjo una segunda explosión, causando la mayoría de las víctimas. Estas explosiones han generado un ambiente de miedo y confusión entre la población local.
Aunque ningún grupo ha confirmado su participación en estos ataques, varios analistas de seguridad y funcionarios locales sospechan de Al Shabaab, un grupo terrorista vinculado a Al Qaeda. Este grupo tiene un largo historial de ataques similares, especialmente en lugares donde se congregan civiles. Al Shabaab controla extensas áreas en las regiones del sur y centro de Somalia y es conocido por perpetrar algunos de los atentados más letales en la historia del país.
En respuesta, las autoridades somalíes han intensificado sus operaciones contra este grupo terrorista, contando con el apoyo de clanes y milicias locales. Este esfuerzo se ha visto reforzado desde la llegada al poder del presidente Hasán Sheij Mohamud en mayo de 2022. La comunidad internacional sigue de cerca la evolución de la situación, mientras las víctimas de este trágico suceso son atendidas y las investigaciones continúan para esclarecer los detalles y evitar futuros incidentes.
