La apertura de los mercados bursátiles la mañana del viernes ha traído una mala noticia para el dólar, cuyo índice ha llegado a caer hasta un 2,45% en la apertura de la Bolsa de Wall Street. Esta caída que ha durado apenas unos minutos ha preocupado enormemente a los financieros del mundo ya que se ha registrado como la mayor caída del siglo XXI, superando incluso la de 2015 cuando la Reserva Federal estuvo a punto de subir los tipos de interés por primera vez en una década o la crisis de 2008 tras la quiebra de Lehman Brothers.

El ataque arancelario de Donald Trump este jueves no ha salido gratis a los financieros de Estados Unidos ya que numerosos inversores vendieron sus participaciones ante el temor de un desplome en la bolsa. Hasta este jueves, Trump había focalizado sus aranceles sobre países y productos concretos. Tras su “Día de la Liberación”, el empresario neoyorquino ha dado un gran paso adelante, ahora ya no se trata solo de la implementación de unas políticas proteccionistas, Trump está ahora tejiendo un nuevo orden económico mundial tras dinamitar el anterior este jueves.

Hasta ahora, muchos analistas han confiado en que Trump podría llegar a echarse atrás, aunque ahora son una minoría. La cuestión que estudian ahora los economistas y políticos no es como evitar estos aranceles, sino cómo hacer frente a la situación y calibrar el impacto que estas medidas tendrán sobre la economía mundial. Por el momento, la economía estaba atravesando un proceso de desaceleración muy sensible. Desde este miércoles, algunos expertos comienzan a temer lo que llevaba semanas murmurándose, una crisis. Ahora, el incremento del tipo efectivo arancelario ha aumentado hasta 15 puntos, pasando de un 6,6% hasta un 25% desde el miércoles, en total, 19 puntos desde la llegada de Trump a la Casa Blanca.

Estados Unidos se podría encaminar a una recesión

Durante el primer mandato de Trump, en 2018, la Reserva Federal elaboró un informe en el que se analizaba el impacto comercial de los aranceles en el que se señalaba que un incremento de 19 puntos -como el que esta presenta ahora- implicaría una caída del 2,8% del PIB. Teniendo en cuenta que el Fondo Monetario Internacional vaticinaba un crecimiento del 2,7% en la economía de Estados Unidos, las políticas arancelarias podrían estar a punto de lanzar a la superpotencia a una recesión.

Según uno de los economistas de JP Morgan, la imposición de los aranceles supone una caída en la renta disponible de las familias, dando un duro golpe al consumo. "Este impacto, por sí solo, podría llevar a la economía peligrosamente cerca de una recesión", avisó el economista.

El temor a una recesión de esta magnitud afectara al mercado creando un efecto dominó: los hogares y las empresas adoptaran una posición más cuidadosa y conservadora, por lo que optaran por el ahorro, alejándose de la inversión y el consumo. Ante esta situación, el tycoon americano ha hecho un llamamiento a la calma, asegurando que, para no tener que hacer frente a los aranceles, muchas empresas deslocalizaran su producción a Estados Unidos, generando de esta manera más empleo y estabilizando los precios.

Sin embargo, lo que predica Trump podría estar muy alejado de la realidad. Según apunta el economista Josep Lladós, las empresas no tomarían una decisión tan importante como trasladar su producción a otro país basándose en un elemento coyuntural. “Con los aranceles, lo que busca la administración americana es presionar a las empresas”, señala el economista. Esta forma de presionar a las empresas puede no ser la más acertada, los aranceles de Trump podrían no sobrevivir tras su partida de la Casa Blanca o, incluso, ser revocados antes del fin de su mandato si la economía norteamericana sufre lo suficiente tras un movimiento preciso y acertado de la Unión Europea.

Un cambio en el orden económico mundial

Aún se desconoce el efecto que los aranceles van a tener a largo plazo, no por su impacto económico, sino por el tiempo que puedan permanecer en vigor. Como ya han señalado numerosos analistas, la vida de los aranceles podría ser de tan solo unas semanas, una especie de aviso para ejercer presión sobre el mercado global, o podrían tratarse de una estrategia para dinamitar el sistema económico mundial. "Esto cambia las reglas del juego, no sólo para la economía estadounidense, sino para todo el mundo", informa la agencia de calificación Finch, y añade que "muchos países probablemente terminen en recesión".

Esto seria tan solo en caso de que los aranceles sean una medida permanente y no tan solo un elemento de presión. En caso de mantenerse, podría suponer un enorme daño para la economía a lo largo de todo el planeta. Sin duda, el mercado más afectado será el sudeste asiático, que apoya la mayoría de sus exportaciones sobre el mercado estadounidense. Como consecuencia de ello, Trump ha decidido imponer las mayores tasas arancelarias sobre los países de esta región.

Por su parte, Europa depende en menor medida del comercio con los Estados Unidos, sin embargo, sectores como el automovilístico, el agroalimentario o el metalúrgico se verán profundamente afectados. Según informa El Confidencial, los aranceles podrían tener un impacto en torno a unas tres décimas en el PIB europeo, una cifra muy pequeña pero perjudicada por un problema mayor, la economía del Viejo continente se encuentra estancada.

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