Este miércoles 2 de abril comienza lo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lleva semanas catalogando como el “día de la liberación”. A partir de esta fecha, la superpotencia americana y primera economía mundial lanzará su paquete más agresivo de aranceles a miles de bienes importados desde el extranjero, desatando el mayor ataque desde el inicio de su guerra comercial que coincide con el comienzo del mandato Trump el 20 de enero.

Ante esta aparatosa guerra que no beneficia a nadie, la Unión Europea debe hacer frente a un problema que ha comenzado uno de sus más importantes aliados. Los aranceles a productos extranjeros suponen un duro golpe sobre el tablero del comercio global y afectará a cientos de miles de empresas que se benefician del comercio con los Estados Unidos, incluyendo numerosos sectores dentro de nuestro país.

Sobre las consecuencias que estos aranceles van a tener en la Unión Europea y en Estados Unidos hemos conversado con Julio Guinea, historiador y profesor de Derecho de la UE y Relaciones Internacionales en la Universidad Europea.

Cómo afectará a la UE

Julio Guinea explica que, a partir del 2 de abril, la fecha clave en la guerra comercial de Trump, las empresas europeas se van a ver afectadas ya que van a perder una gran parte de su cuota de mercado. Esto significa que la UE se va a ver obligada a buscar nuevos mercados con los que comerciar como es el caso de Mercosur, lo que supone que países que han sido críticos sobre establecer nuevos acuerdos comerciales con este tipo de economías, como es el caso de Francia, se van a tener que ceder en este tipo de acuerdos comerciales. En la UE “necesitamos mercados con urgencia a donde redirigir nuestros productos”, señala Guinea.

El mercado americano es de gran importancia para las empresas europeas, por lo que estas medidas van a causar un empobrecimiento en la economía del Viejo continente. “Nos está pegando un tiro en el pie”, dice el profesor Guinea sobre las medidas de Trump. Además, explica que los aranceles son un intento del magnate neoyorquino por luchar contra la globalización, pero subraya que, por mucho que el presidente estadounidense se empeñe, no podrá impedir que este proceso global continúe.

A pesar de los daños que estas medidas proteccionistas van a causar en Europa, la Unión debe responder en bloque y con unidad. “Algo que tenemos bueno en la UE es que poseemos competencia exclusiva en política comercial, esto significa (…) que tenemos un músculo bastante potente para responder a un reto arancelario de esta magnitud, se responderá con medidas proporcionales”, explica el profesor Guinea.

Sin embargo, aun persisten sectores que optan por poner la otra mejilla y no entrar de esta manera en una escalada de la guerra comercial. Guinea opina que se debe tratar de renegociar, pero no se debe sucumbir a aceptar el unilateralismo de Estados Unidos.

La UE estudia cómo responder

Según cuenta Guinea, el motivo por el que desde Bruselas aún no se han interpuesto medidas de contraataque es porque primero se debe valorar el impacto que las políticas proteccionistas de Trump van a tener sobre el suelo europeo.

Guinea incide en que el golpe contra Estados Unidos supone un efecto rebote ya que se trata de un ataque reciproco, comenzando así una “dinámica toxica”; en palabras del historiador: “No le estás dando un golpe a un país menor, se lo estas dando a la principal economía global”. “Tiene que ser un golpe muy medido, debe atacar donde haga daño (…) hay que medirlo y estudiarlo”, cuenta.

Atacar de vuelta a Estados Unidos supone acabar con una alianza de muchas décadas y desestabilizar nuestra economía que es interdependiente de la estadounidense. Guinea destaca que Trump, como empresario, no esta teniendo en cuenta el daño que estas medidas supondrán a sus negocios que dependen del comercio con la UE. “Todo el mundo quiere hacer negocios con la UE. Tenemos el ejemplo del efecto Bruselas, sobre como Estados que no pertenecen a la Unión deben alinearse con los estándares normativos europeos para poder establecer relaciones con ellos”, comenta sobre la negativa de Trump a establecer un acuerdo de libre comercio con los europeos.

Sobre el acercamiento a China

Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca el pasado enero, muchos han puesto a China en el punto de mira, asegurando que el gigante asiático puede suponer un nuevo socio comercial para los Veintisiete. Sin embargo, Guinea advierte de los peligros que supone abrir Europa al mercado chino.

“Los chinos tienen unos determinados principios y valores (…) que se conviertan en nuestro principal socio comercial puede ser muy peligroso porque los estándares chinos están muy bajos respecto a calidad comparados con los europeos”, señala. Guinea incide en que Bruselas no debe permitir que cualquier mercado le valga para seguir abasteciéndose en sustitución al americano y, además, tiene que exigir los mismos requisitos de calidad a los mercados extranjeros que a los de nuestro continente para no crear así una competición desleal.

Explica como China es “el gran bazar internacional” y está dispuesta a vender a cualquier Estado que lo pida, pero no se trata de un país reciproco, es una nación muy hermética en la que no se puede confiar plenamente: “Dar aliento a China es dar aliento a un país que es nuestro rival sistémico”.

Cómo lo enfrentarán los estadounidenses

Julio Guinea opina que Trump busca crear una economía nacional fuerte que sea capaz de abastecerse sin ayuda del exterior. Es algo que ya se sabe que los aranceles lo pagaran los consumidores finales en forma de sobrecargo sobre el producto. Con este impuesto sobre el bien final, Trump busca llenar las arcas públicas para después invertir en la industria nacional y potenciar de esta manera la creación y fortalecimiento de empresas dentro de su país. Guinea afirma que, a corto y medio plazo, esto servirá para mover la economía del gigante americano.

Sin embargo, a la larga, el precio de los productos se disparará. El proteccionismo hará que las empresas dependan del apoyo de las arcas públicas y no se verán en la necesidad de innovar en los productos, lo que hará que no sean competitivas a nivel internacional, creando así una economía obsoleta. “Trump va a aldeanizar la economía de su país”, con esto, Guinea se refiere a que los aranceles establecerán un cerco alrededor de Estados Unidos, aislando la economía.

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