"No es fuego amigo, es fuego enemigo", ha dicho esta mañana el Coordinador General del Partido Popular, Fernando Martínez Maíllo. Se estaba refiriendo a las informaciones que sugieren que a Pablo Casado se le "regalaron" aprobados en el Centro Cardenal Cisneros. Para Maíllo, la información "viene de fuera, no viene de dentro del Partido Popular", en contraste con el Caso Cifuentes, que se achaca comunmente a filtraciones de los enemigos internos de la expresidenta. 

El propio Pablo Casado ha publicado esta mañana en Twitter un enlace a a una web que señala a Alberto Pérez de Vargas, exdirector del Centro de Estudios Cardenal Cisneros, como portavoz de Ciudadanos en la Junta Muncipal de Chamartín. 

Sin desmentir que Pérez de Vargas sea uno de sus correligionarios, Begoña Villacís, portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, ha usado la misma red social para negar que las informaciones trasladadas por el exdirector sean parte de una estrategia de su propio partido. 

La portavoz naranja insiste en que Pérez de Vargas no actúa en calidad de militante de Ciudadanos. 

Sea o no una táctica de Ciudadanos, el PP ha decidido atacar como si así lo fuera. El portavoz del PP en el Ayuntamiento madrileño, José Luís Martínez-Almeida, ha insinuado que Pérez de Vargas fue despedido por corrupto y a Villacís de cómplice, por ignorar conscientemente su pasado. 

Todo esto en el día en el que PP y Ciudadanos van a votar juntos la investidura del sustituto de Cristina Cifuentes, Ángel Garrido (PP), como presidente de la Comunidad de Madrid. El portavoz de Ciudadanos en la Asamblea madrileña, Ignacio Aguado, ha negado en Al Rojo Vivo cualquier vinculación de su partido con la filtración. "No estamos detrás de nada. Lo que sí que hay son hechos incontestables", ha declarado. Añadiendo que "La jueza que investiga a Cifuentes ha abierto una pieza separada para investigar a Pablo Casado". Para Aguado estos hechos, más el Caso Cifuentes, son síntomas de problemas en la universidad española que PP y PSOE prefieren ignorar.