Francisco Camps ha reaparecido. El expresidente valenciano se había mantenido escondido en los últimos meses, sobre todo desde que fueran cayendo sobre él las imputaciones y los procesos por corrupción. Pero ha habido algo que le ha sacado de su letargo: la exhumación del dictador Francisco Franco. Y ABC le ha cedido su Tercera, la tribuna más importante del periódico, para tachar de “rastrero” al Gobierno.

Según Camps, en el año 1975, tras la muerte del dictador, sus víctimas “de manera consciente e inconsciente dejaron congeladas muchas cosas, para conseguir muchas más”. Quienes volvieron del exilio decidieron dejar de lado “tragedias personales y familiares, como firmas de pena de muerte, y optaron por mirar hacia adelante”. Y asegura que los artífices de la Transición dejaron a Franco en su monumento porque “lo creyeron oportuno, activa o pasivamente”.

El expresidente valenciano aplaude que, durante años, “los gobiernos democráticos, todos, con mayorías alcanzadas en las urnas en victorias legítimas, nunca dijeron nada”. Y lo contrapone al actual Ejecutivo socialista y la decisión de sacar al dictador de su mausoleo, donde reposa con sus víctimas, porque “solo los que no saben qué hacer con el presente y con el futuro, arrojan desde su más absoluta impotencia el pasado a los demás.

Para Camps, Pedro Sánchez es “quintaesencia de la soberbia de la nada” y le acusa de “volver a la casilla de salida” y de “romper la baraja” como los “malos jugadores. “A mí, personalmente, me da igual dónde han de reposar los restos de Franco, pero enmendar la plana a los millones de españoles que se embarcaron juntos sin miradas torticeras, lealmente, para hacer posible el país que disfrutan las generaciones actuales, es una bestialidad”, señala.

Camps se despide de su tribuna en ABC tachando de “rastrero” al Gobierno por “reinterpretar sentado en el diván con vara de mando lo que otros debieron hacer en otra época” y por plantear debates “en los que sea imposible hablar con libertad”. “La izquierda es maestra en matar socialmente al posible oponente”, concluye Camps.