Francina Armengol, mujer joven pero veterana socialista, preside desde mayo de 2015 el Gobierno de Illes Balears con el concurso de los nacionalistas de Més y Podemos. A lo largo de todo el conflicto del posicionamiento del PSOE sobre la investidura ha sido clara y contundente desde un primer momento: no debe facilitarse un nuevo Gobierno de la derecha; bien al contrario, hay que intentar configurar un Gobierno de progreso, tarea difícil pero no imposible.

El PSOE se rompe porque no llegan a un acuerdo sobre la respuesta a la investidura de Rajoy. Usted ha optado por un no inamovible

Hay que recordar que la  última vez que se debatió ese tema el Comité Federal aprobó por unanimidad un “no” rotundo a la investidura de Mariano Rajoy. Desde entonces parece ser que algunos han cambiado de opinión aunque no lo han dicho abiertamente ni debatido donde debe ser debatido. Yo, francamente, tengo ganas de escuchar sus argumentos y poder presentar los míos. Les diré que no parece congruente que el PSOE colabore a entronizar a Mariano Rajoy de nuevo en La Moncloa cuando nuestro compromiso con los ciudadanos era clarísimo: jamás debíamos contribuir a que siguiera el Gobierno del PP con Rajoy al frente.

Además usted se ha manifestado por la formación de un Gobierno alternativo cuando eso parece menos que imposible

Efectivamente. Yo he estado presente en todas las reuniones del Comité Federal y siempre he pedido la palabra para fijar con franca claridad mi posición sobre el tema. Otros no lo han  hecho. Desde un principio he mantenido la necesidad de formar un Gobierno de progreso en España porque – se quiera o no - los votos y los escaños daban para ello. Era difícil pero no imposible. Nosotros, los socialistas de Baleares defendemos siempre la misma posición. Otros han cambiado.

 

Nos encontramos, pues, con planteamientos muy alejados los unos de los otros…

Quizás porque no hemos hecho los suficientes esfuerzos de diálogo. Desde la última reunión, aquella tan bochornosa, he pedido a la Comisión Gestora una reunión del Comité Regional y, sobre todo, he pedido que se dé voz a la militancia, que es la que debe decidir este viraje histórico. He pedido espacio de debate para afrontar una decisión de tanta trascendencia pero, desgraciadamente no se ha propiciado estos espacios de debate. Se han negado a la consulta a la militancia cuando era perfectamente posible hacerla. Los militantes tienen el derecho a decidir algo tan importante como esa decisión  histórica.

¿Sobre qué está construido su “no” inamovible?

Es obvio que la historia del partido socialista está construida desde la izquierda. Nunca se ha facilitado un Gobierno del PP y tampoco al revés. Es obvio que defendemos una ideología de izquierdas. El PSOE es la alternativa al PP y, en consecuencia, la alternativa no puede ser  constituirnos en la muleta del PP sino que plantear una política diferente. Defiendo el “no” atendiendo a la coherencia  histórica, ideológica y política de mi partido. También por la gente que está batallando para hacer políticas de izquierda en muchísimas instituciones combatiendo las políticas de Rajoy, que han sido muy dolorosas para los ciudadanos de toda España y en Baleares en particular, donde el PP ha mancillado de corrupción prácticamente todas las instituciones. También defiendo el “no” al Gobierno del PP por coherencia personal. Yo gobierno Baleares no siendo la lista más votada pero con el concurso de los nacionalistas y de Podemos; juntos hacemos día a día políticas a favor de los ciudadanos en cumplimiento de lo que nos comprometimos.  Estará conmigo en que en política es muy importante mantener la confianza de la ciudadanía y cumplir con la palabra dada. Y el PSOE fue muy claro en las dos últimas elecciones: con nuestro voto no permitiríamos que perdurase el Gobierno de la derecha que tantos estragos ha causado entre las clases medias y trabajadoras de España. Ahora es el momento de cumplir con la palabra dada porque, de lo contrario, difícilmente los españoles volverán a confiar en nuestro partido.

Su planteamiento nos lleva a terceras elecciones…

Las terceras elecciones no son un buen escenario. Efectivamente, el PSOE está en una situación complicada y el país también lo está. Han dejado que la disyuntiva se plantee entre apuntalar un nuevo Gobierno de Rajoy o convocar nuevas elecciones. Las elecciones son un puntal de la democracia y, para mí, más democracia nunca es un  problema…

Pero para el PSOE serían un escenario terrible

Mire, los socialistas hemos analizado en profundidad lo que ocurrió después de 2010, cuando las encuestas nos despeñamos en las encuestas. Es obvio el porqué: nuestras políticas se acercaron a las de la derecha de este país. Entonces surgió lo del PP = PSOE  y entra esas aguas nació Podemos, que nos restó una importante cuota de votos. La gente dejó de reconocernos en nuestras tradiciones históricas. Si aquello ya nos castigó… ¿Alguien puede imaginar qué ocurrirá en nuestro futuro electoral si colaboramos activamente en la permanencia del PP en el poder? España necesita un PSOE fuerte que se enfrente a los desmanes de la derecha. Regalarle el Gobierno al PP y la oposición a Podemos no es una buena decisión. Por tanto yo pido mirada larga y que una decisión de tal calibre sea sometida al criterio de la militancia del partido.

En su conjunto, el PSOE presenta hoy evidentes pruebas de ruptura

Una cosa quiero dejar clara: a pesar de los criterios enfrentados, los miembros del PSOE somos compañeros y debemos manifestarnos un respeto mutuo y mantener un debate de ideas constructivo. Pero hasta ahora estos espacios de diálogo no se han patrocinado, Nos dicen que hay que coser, pero coser no es imponer. Yo cada noche acudo a asambleas de agrupaciones del PSOE balear, hablo con los militantes y absolutamente todos los órganos del partido se han posicionado en un “no” rotundo a la investidura de Rajoy y puedo asegurarle que la militancia atraviesa un momento de alta decepción con algunos cargos que han patrocinado el cambio de opinión a lo acordado en el Comité Federal que discutió el tema. Y si el grueso de la militancia va en una misma dirección, jamás puede haber ruptura.