Ya hay sustituta para Paz Esteban, recién cesada como directora del CNI por el caso Pegasus. Su nombre es Esperanza Casteleiro, una mujer muy cercana y de plena confianza de la ministra de Defensa, Margarita Robles. Hasta la fecha, era secretaria de Estado de Defensa y su jefa de Gabinete, y ahora, tiene ante sí la ardua tarea de lavar la cara del CNI.

El nombramiento lo ha anunciado la propia Robles en una rueda de prensa celebrada en Moncloa tras el Consejo de Ministros. No obstante, ha continuado en su defensa a ultranza de Esteban, valorando que tiene “todos los valores de responsabilidad” y destacando el trabajo de los servicios de inteligencia bajo su mandato. Incluso, ha negado la mayor aseverando que no se trataba de una “destitución”, sino de una “sustitución”.

Margarita Robles ha admitido que el CNI puede cometer “errores”, pero cree en su firme compromiso “con España, con el país que queremos, con los derechos, las libertades y un Estado de Derecho”.

De la nueva directora de los servicios de inteligencia, Casteleiro, ha destacado "su entrega y compromiso con España, la seguridad las libertades y la industria de defensa". También ha defendido "su trabajo callado", pero no por ello menos eficaz: “Ha trabajado en España como secretaria general y en países muy lejanos. Nunca ha querido protagonismo, sino cumplir escrupulosamente la ley y trabajar por el prestigio de España para que sea un ejemplo".

"Es una mujer que lleva casi 40 años como los demás funcionarios del CNI trabajando por España, por su país, por la seguridad, una mujer que es secretaria de Estado de Defensa y que es el CNI", ha añadido Robles. 

Casteleiro, nacida en Madrid en el año 1956, ingresó en el CNI en 1983 y ocupó el cargo de secretaria general del centro entre 2004 y 2008. Es la mano derecha de Margarita Robles, no en vano le ha encomendado la ardua tarea de lavar la maculada cara del CNI.

No es la primera vez que su nombre gana enteros para dirigir el CNI. Es licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid y buena parte de su carrera la ha desarrollado en el seno de La Casa, como se conoce a los servicios de inteligencia españoles.

Está especializada en contraterrorismo y ha estado destinada en Cuba y Portugal. Además, ha trabajado en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), que reúne a representantes de la Policía, la Guardia Civil y el CNI.

Como distinciones, atesora la Cruz de plata de la Guardia Civil y de la Gran Cruz del Mérito Aeronáutico.

No es suficiente

La cabeza de Paz Esteban fue la primera, que no la única, que los socios parlamentarios del Gobierno pidieron a Pedro Sánchez tras trascender que más de 60 líderes independentistas catalanes y vascos habían sido espiados con Pegasus, un software desarrollado por una empresa israelí que únicamente comercia con Estados o agencias de seguridad nacionales. Todas las alarmas saltaron entonces y los terminales móviles de los ministros fueron examinados, concluyendo que el propio Sánchez había sido espiado al igual que Robles. Este mismo martes se ha confirmado que el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska corrió la misma suerte y con Luis Planas, de Agricultura, lo intentaron, pero Pegasus no lo logró.

La pasada semana se convocó la comisión de gastos reservados, más conocida como secretos oficiales, que estaba sin constituir. A pesar de que es a puerta cerrada y por ley los asistentes no pueden comentar lo que allí se dice o se expone, trascendió que el CNI sí atesoraba autorizaciones judiciales para intervenir a 18 independentistas. Quién y por qué intervino los smartphones del resto se desconoce, o al menos eso es lo que trasladaron los servicios de inteligencia a los partidos.

Los aliados parlamentarios de Sánchez, principalmente ERC y EH Bildu, pidieron el cese de Robles, pero ésta cuenta con el respaldo de Sánchez. De hecho, en una rueda de prensa celebrada en el Congreso, el diputado y portavoz del Grupo Republicano, Gabriel Rufián, ha calificado de “lógico” que se apartase a Esteban, pero considera igualmente “insostenible” la situación de Robles.

Unidas Podemos, que no es que profese especial cariño a la ministra de Defensa, ha celebrado la destitución de Paz Esteban porque, según Ione Belarra, denota “asunción de responsabilidades”. Sin embargo, “para recuperar la confianza de la ciudadanía es necesario, también, dar garantías de que algo así no vuelva a ocurrir. La regeneración democrática en el Estado sigue pendiente".

Previamente, Pablo Echenique avanzó que es un paso "importante", pero se requieren más medidas "valientes" para que la crisis del caso Pegasus "no se cierre en falso". Asimismo, ha insistido en Robles: “las "responsabilidades políticas no se delegan".