El caso Pegasus y la destitución este martes de la directora del CNI, Paz Esteban, han marcado buena parte de la última sesión plenaria. Entre los intercambios dialécticos a los que los parlamentarios acostumbran a quienes les escuchan destaca hoy, entre otros, el que han mantenido el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, y el diputado del PP Carlos Rojas. En él, el primero ha tenido que recordar al representante popular que su equipo “no marca ningún protocolo de seguridad para ningún ministerio”.

“Le ruego, que ahora que tienen un poco más de tiempo, dado que han dejado de pelearse, lean un poco, se informen y hagan preguntas con sentido. Creo que no es mucho pedir a una oposición responsable y que debería serlo con el Estado, no digo ya con el Gobierno”, ha deslizado el socialista.

“¿Qué clase de protocolo de seguridad garantiza su ministerio? ¿Dónde están los 2,5 gigas que le robaron al Presidente y de los que usted era responsable?”, había preguntado en su turno Rojas, antes de afear el Ejecutivo -al igual que toda su formación- la destitución de Paz Esteban como directora del Centro Nacional de Inteligencia: “Ha salido corriendo de viaje para pedir perdón a aquellos que no respetan el estado de derecho y cesar igual de rápido a la directora del CNI, solamente por mantenerse en el poder”.

El diputado del grupo conservador ha cuestionado igualmente si “se puede mantener el espectáculo del señor Echenique pidiendo la dimisión de Robles”. “Por cierto, ¿está usted de acuerdo con sus socios? Porque no les hemos visto defender a la ministra. Moncloa va por un lado, Defensa por otro, los independentistas campan a sus anchas…”, ha destacado.

Destruir pruebas "a martillazos"

Así las cosas, Bolaños ha recordado al PP lo que hizo el partido en casos ya demostrados de corrupción, y lo ha relacionado con el que en las últimas semanas marca la agenda política: “La pregunta es qué hubieran hecho ustedes si les hubiera pasado lo mismo. Toda España sabe que hubieran ocultado el delito y destrozado a martillazos las pruebas para no colaborar con la Justicia”.

En los segundos precedentes, el ministro de Presidencia había vuelto a defender que el Ejecutivo ha conocido “informaciones muy graves” de un ataque que ha vuelto a calificar de “externo”, además de ilícito.