Pese a que aún colea la polémica por la filtración de mensajes entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, el foco de este viernes se ha puesto sobre un nuevo informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que ha salido a la luz y que apunta al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Un goteo de informaciones que a ojos del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero “no le sientan bien a la democracia”. En una entrevista concedida a La Mirada Crítica de TeleCinco, el que fuera secretario general socialista hasta 2011 ha blindado tanto al dirigente navarro como a cualquier otro miembro del Ejecutivo, como es el caso del ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. “Tengo confianza”, ha sentenciado.
Zapatero ha exhibido su “confianza” hacia Santos Cerdán y Bolaños ante una nueva y “grave” filtración de informes de la UCO. “Si es verdad que hay o que va a haber un informe, se ha producido una filtración de la investigación y eso es preocupante. Y si no es verdad que existe un informe que dice esas cosas, pues los medios o los periodistas han trasladado una información que no es verdad”, ha profundizado el expresidente, que en su opinión no es bueno para la democracia esa “especie de pulsión” por lo que saldrá en un medio de comunicación o no. Al mismo tiempo, ha recordado que el actual secretario de Organización del PSOE es “diputado” y, por lo tanto, tiene una condición de “aforado”.
En este sentido, el ex jefe del Ejecutivo socialista está plenamente convencido de que “en unos meses” el grueso de causas judiciales tanto contra el PSOE como contra el Gobierno “van a ser absolutamente efímeras”. Lo cual, continuó Zapatero, apunta directamente al Partido Popular, a quien le atribuye “un problema muy serio”. Y es que, a su juicio, en Génova “están carentes de cualquier alternativa política”.
Los WhatsApps de Sánchez
Esta reflexión conduce a Zapatero a los mensajes filtrados a la prensa y publicados por el diario El Mundo entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ex ministro de Transportes y Agenda Urbana José Luis Ábalos. Al igual que el resto de resortes socialistas que se han pronunciado al respecto, el ex jefe el Ejecutivo ha quitado hierro al contenido de esas conversaciones, deslizando con ironía que su sucesor en el cargo “pasa bien el escrutinio” de sus mensajes privados a pesar del “fariseísmo” de un Partido Popular que tiene como “un campo de trabajo” la publicación de los WhatsApps.
“Me han sorprendido algunos de los comentarios que he oído estos días al respecto, en un cierto tono de fariseísmo, como si todos no supiéramos que uno no se expresa igual en público que en privado, que es mucho más relajado y con menos contenido”, ha justificado el expresidente. En paralelo, sitúa en la más absoluta normalidad que un secretario general le pida a su número tres que hable con los presidentes autonómicos para que “moderen y apoyen” al Gobierno. “Es lógico y entendible. Sólo faltaría”, ha exclamado. Además, ha recalcado que tanto Emiliano García Page como Javier Lambán, por citar dos ejemplos aludidos, han podido expresar sin problemas sus discrepancias hacia la dirección federal, contradiciendo a quienes señalan a Sánchez como un “presidente autoritario”. Incluso ha quitado importancia al calificativo de “pájara” a la ministra de Defensa, Margarita Robles, al entenderlo como un adjetivo “bastante divertido”.
Feijóo y Parolini
Por otro lado, Zapatero también se ha adentrado en las interioridades del próximo Congreso del Partido Popular, que celebrará en Madrid los días 5 y 6 de julio, dejando patente su sorpresa de que el jefe del principal partido de la oposición se refiera al órgano como “un cónclave”. El expresidente recuerda que tal instrumento se orienta a la elección de “alguien nuevo, bien por renuncia o por fallecimiento”. “Me sorprendió lo de cónclave”, continuaba el expresidente, agregando que esperaba que Alberto Núñez Feijóo siguiera al frente de los conservadores “porque no le viene mal al PSOE”.
En este sentido, ha advertido a Feijóo de que se guarde bien las espaldas de cara a ese “cónclave” para que no le pase como al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin. El expresidente del Gobierno ha recordado que el italiano partía como favorito para suceder al Papa Francisco, aunque finalmente fue elegido el cardenal Robert Prevost, rebautizado como León XIV. Alusión clara a las disputas internas entre Génova y la Puerta del Sol.