El que fuera presidente del Gobierno entre 2011 y 2018, Mariano Rajoy, dejó a lo largo de su trayectoria política citas y declaraciones que serán recordadas, en algún caso, como auténticas muestras humorísticas o sketches políticos. Basta recordar aquel memorable de “es el vecino el que elige el alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde” pronunciado durante un acto público de su partido celebrado en enero de 2015 en Benavente (Zamora).

Pero con mucha más gracia que el desaborido y soberbio "déjame que beba tranquilamente" de José María Aznar -desafiando chulescamente las campañas de la DGT- tras recibir una distinción de los productores de vino de Castilla y León en mayo de 2007, Rajoy protagonizó otra de esas escenas simpáticas que es justo reconocerle al expresidente. Fue con motivo de las palabras pronunciadas el 11 de febrero de 2007 en la presentación de María Dolores de Cospedal como candidata a la presidencia de Castilla-La Mancha. El popular terminó su discurso con la siguiente frase: “Viva el vino, la moderación y el sentido común”. En realidad esa fue la frase completa pero popularmente se redujo a la primera parte de “viva el vino”.

Sin lealtad a España

Viene a colación este recordatorio de las citas sobre el vino español para ponerlo en relación con la polémica suscitada tras el “descubrimiento” de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha estado reuniéndose y negociando (confirmadas al menos tres citas) con el objeto de comprar la vacuna rusa contra la COVID-19, la Sputnik V, al margen y sin el conocimiento tanto del Ejecutivo central español, como de la Unión Europea, pese a no tener competencias para ello. Un brindis al sol o un supuesto gesto con tintes electorales infructuoso e inservible para los madrileños ya que es la Comisión Europea quien centraliza la negociación y adquisición de los fármacos. Todo ello previamente avalados por la EMA y dicha agencia científica comunitaria aún no ha validado la Sputnik V. En todo caso, negociar vacunas en tiempos de grave pandemia para una sola comunidad, además de una posición políticamente egoísta e insolidaria, mancha el españolismo del que hace gala permanentemente la presidenta Díaz Ayuso.

Negociaciones con lobistas de Putin

Un hecho, este de explorar vías para la adquisición de la vacuna rusa, que ha provocado una enorme polémica en plena campaña electoral ya que en esta ocasión riza el rizo de la frivolidad inherente a una presidenta que, de nuevo, va por libre y sin atender a normativa alguna y exenta del sentido de la lealtad institucional. Una presidenta que negocia con un lobista exdirigente del PP de empresas e intereses rusos y cónsul honorífico de la República Rusa en Galicia. Choca que quien agita al electorado madrileño con el eslogan “comunismo o libertad” ahora haya gestionado gastarse el dinero de toda la ciudadanía de la región en la vacuna del ex agente del KGB y presidente de Rusia, Vladimir Putin. Un cargo al que llegó por primera vez en 1999 y que podría ser ad aeternum por sus polémicos cambios legales impuestos.

Za zdorovie, tovarisch

Cabe preguntarse si tras cada reunión de las habidas con el empresario pro Putin y llevados de la rusofilia sobrevenida, el PP madrileño y el empresario del grupo que dice representar al Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), un ente dependiente del Gobierno de Moscú, se haya brindado con vodka y al grito de “za zdorovie, tovarisch” (¡Por la salud, compañero!).

Pude comprobar personalmente en 2004 en una larga visita a Moscú y con contactos con el Ministerio de Información como, a pesar de que Putin tras la caída del comunismo se vinculó a formaciones muy conservadoras como Nuestro Hogar-Rusia y Unidad y, ahora, a Rusia Unida (nacionalista de derechas), sin embargo la estructura de la administración, las formas de decidir, los gestos e incluso los símbolos, no están lejos, más bien muy similares, a los que el comunismo anterior a la perestroika de Mijail Gorbachov mantenía.

“Comunismo o Libertad” y “Madrid es España”

Es la prueba de que se puede ser de derechas y tener tics leninistas. Tal vez se pueda ser muy de derechas, e Isabel Díaz Ayuso lo es sin duda, y poseer rasgos de la ortodoxia de eso que ella tanto odia y que lo puso en campaña con su “Comunismo o Libertad”. Se puede vociferar que se es muy española y que “Madrid es España” a la vez que actúas con deslealtad a tu país. Puede que en esta Madrid que ella defiende y promueve de bares y tapas, haya sitio para el brindis con tovarishchis y chupitos: Viva el vodka, camaradas”.