La política es ese juego en el que todos participan, pero siempre gana Ayuso. Da igual lo que haga la presidenta de la Comunidad de Madrid, pues parece que el resultado termina siendo el mismo. Hay varios ejemplos de ello sobre la mesa, pero sin duda el más claro  es la efeméride de la que se cumple ahora un año y que tiene como protagonistas a la líder regional, al hermano de éste y al entonces presidente del partido.

También apareció por ahí el nombre del alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, ya que Ángel Carromero -exdirector de Coordinación de Alcaldía- dimitió tras dar explicaciones sobre el presunto espionaje al entorno de la baronesa con fondos municipales que el responsable de Cibeles desmintió. El propio Almeida tendría después su propio caso mascarillas, pero eso -para estas líneas- es otro asunto.

Todavía resuenan con fuerzas en los muros de Génova las palabras de Casado en la Cadena Cope hace 365 días. “La cuestión es si es entendible que el 1 de abril, cuando morían en España 700 personas, se puede contratar a tu hermana y recibir 286.000 euros de beneficio para vender mascarillas”. El presidente de los conservadores fue con todo y, aunque salió sin nada, aún los hay que defienden su postura. De aquella dolorosa despedida del Congreso quedará para siempre la imagen de Ana Beltrán (entonces número tres), Pablo Montesinos (vicesecretario de comunicación) y Antonio García Terol (en la actualidad candidato del PP a Alcorcón) acompañándole en su retirada de la Cámara Baja. Los únicos.

Agradecimiento a Feijóo

El caso saltó a la palestra después de una noticia de eldiario.es en el que el medio progresista contaba que la Comunidad de Madrid había adjudicado a dedo un contrato a una empresa propiedad de un amigo de la líder madrileña, Daniel Alcázar, para la compra de mascarillas FFP2 y FFP3 a la compañía Priviet Sportive S.L. en abril de 2020, durante el peor momento de la pandemia.

A día de hoy, los hechos no han tenido todavía consecuencias penales. La Fiscalía Anticorrupción archivó la investigación sobre aquel contrato, llevada a los tribunales por la izquierda madrileña en una denuncia de la que participó toda la oposición (Más Madrid, PSOE y Podemos). En una intervención asimismo histórica políticamente hablando desde la Asamblea de Madrid, Ayuso ensalzó la figura de Alberto Núñez Feijóo y abocó a Casado al olvido.

“Gracias a que ha confiado en mí (el gallego) hoy soy presidenta del grupo y del partido que sostiene mi Gobierno”, subrayaba una Ayuso al borde de las lágrimas en la tribuna al lograr la ansiada presidencia que su jefe de entonces le había negado.

Todas las puñaladas a Casado

Al principio de las sospechas, fueron muchos los que respaldaron sin fisuras a Pablo Casado. Algunos de ellos le aplaudieron después en el Parlamento, cuando el entonces líder de la formación se encontraba ya en el tiempo de descuento.

Del amor al odio hay un paso, y es que pocas veces antes la imagen del beso de Judas había resultado tan significativa. Así las cosas, esto son algunos de los nombres propios que comenzaron apoyando a su líder y terminaron exigiendo un congreso extraordinario para que se marchara.

16 de los 17 líderes autonómicos de la formación (todos, menos Beltrán) pidieron en última instancia la que ya es una de las salidas más famosas de la política, sumándose de este modo a la ofensiva comandada por los propios Ayuso y Feijóo y el presidente de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla.

Con todo, no cabe duda de que algunas traiciones dolieron más a la entonces cara primera de la oposición que otras. En este caos, capaz de analizarse hoy con las aguas más calmadas, fue especialmente sonada la dimisión de Teodoro García Egea, secretario general del PP durante la etapa casadista, previa reunión con los barones territoriales. Mucho más apartado de la política, ahora acude a la Cámara Baja, donde vota con el Grupo Parlamentario, pero ocupa la mayor parte de su tiempo en el mundo de las criptomonedas.

También la postura de Ana Pastor, ex presidenta del Congreso de los Diputados, resultó de las más llamativas, ya que cambió de la noche a la mañana. Así, la que ejerciera de ministra durante las etapas de Mariano Rajoy y José María Aznar comenzó dejando un mensaje claramente de apoyo a Casado, que derivó en una petición más para celebrar un Congreso extraordinario y urgente. Hoy es miembro del Comité Ejecutivo de Feijóo y conserva la presidencia segunda del Congreso.

A la lista de manos negras que firmaron la sentencia del expresidente del PP se suma la de Jaime de Olano (vicesecretario de Participación con el anterior presidente popular), Andrea Levy, (dentro del Ayuntamiento de Madrid, además del propio Almeida), Belén Hoyo (ex presidenta del Comité Electoral), Dolors Montserrat (exministra de Sanidad y portavoz del PP en el Parlamento Europeo), Javier Maroto (portavoz en el Senado con Casado y Feijóo) o Cuca Gamarra (ahora portavoz del grupo en el Congreso).

En cuanto al caso mascarillas de la Comunidad, aún no ha tenido repercusión judicial, y es que se encuentra sobre la mesa de la Fiscalía europea a la espera de que ésta se pronuncie.