La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no ha querido valorar la crisis del Partido Popular vivida hace justo un año, que acabó con la salida del expresidente Pablo Casado, que señaló la venta de mascarillas de su hermano a la Comunidad en lo peor de la pandemia, remarcando que "agua pasada no mueve molino".

Hace justo un año se celebraba una multitudinariamanifestación a las puertas de la sede nacional del PP, en Génova 13, que reunió a unas tres mil personas al grito de "Casado dimisión" o "Ayuso presidenta" después de que el que fuera líder del PP acusara a la presidenta regional ante los micrófonos de COPE. La movilización marcó un punto de inflexión en el PP y certificó el fin de liderazgo de Casado, cuyo equipo más fiel defiende su legado y elude la autocrítica un año después de la mayor crisis que ha sufrido en su historia el PP.

En declaraciones a los periodistas, durante su viaje institucional a Londres, Ayuso ha subrayado que esto es "pasado" y ha asegurado que ella mira siempre "hacia adelante", que está más preocupada "por el futuro". "Estoy aquí para hablar del futuro y cada día me levanto pensando en el futuro. Para mí la vida empieza cada día pero mucho más si tengo por delante tanta responsabilidad", ha indicado la dirigente madrileña.

Preguntada por las declaraciones publicadas este domingo en El País de personas del entorno de Casado sobre lo sucedido aquellos días, Ayuso ha apuntado a que trascienden ahora "porque ha pasado un año". "Es el morbillo a estarle dando vueltas a algo que fue muy mediático en su momento", ha zanjado.

Por su parte, la secretaria general del PP y portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cuca Gamarra, ha admitido que hace un año el PP vivió momentos "muy complicados" y una "profunda crisis" pero ha destacado que entonces tomaron decisiones "rápidas" para que hoy la formación sea "alternativa" con Alberto Nuñez Feijóo.