Tercer día de convención y plato fuerte en lo internacional. Si la jornada arrancaba en el auditorio del Museo Reina Sofía con la presencia de José Manuel Durão Barroso, expresidente de la Comisión Europea y de Portugal, acompañado del alcalde de la capital española, José Luis Martínez-Almeida, el acto estelar tendría que esperar hasta el filo del mediodía con un Pablo Casado en condición de maestro de ceremonias que agasajaba de piropos a su invitado estelar, el expresidente de Francia Nicolás Sarkozy.

El otrora presidente de la república francesa y el candidato a presidir La Moncloa en las próximas elecciones generales han debatido largo y tendido en una mesa bajo el título “la sociedad abierta y sus enemigos”. Los temas principales, como viene siendo habitual con los líderes internacionales que han atendido el llamamiento de Teodoro García Egea en la preparación de esta convención itinerante que arrancó el lunes en Santiago y acabará el domingo en Valencia, han sido los populismos, el futuro de la Unión Europea, la necesidad de acabar con el nacionalismo y la lucha antiterrorista. Sarkozy también ha querido ahondar en la necesidad de construir una Europa fuerte, que no se deje avasallar por Estados Unidos y deje de lado el sentimiento de orfandad en cuanto a su liderazgo.

Casado no ha ahorrado en calificativos cariñosos hacia su invitado en la presentación, recordando su prolífica trayectoria política y rememorando cuando recibió el Toisón de Oro a manos del rey Juan Carlos I. Además, el líder del PP ha tenido palabras de agradecimiento hacia el exmandatario francés por su labor en la lucha antiterrorista contra ETA: “Sarkozy cambió completamente el paradigma de colaboración antiterrorista contra ETA y fue la primera persona que se tomó en serio acabar con la impunidad de los terroristas, y lo digo delante de Marimar Blanco, hermana de un asesinado por ETA”, ha asegurado, arrancando así la ovación del patio de butacas.

Sarkozy ha entrado en el debate de ETA y ha desvelado las reticencias que tenía su país a la hora de abordar el conflicto con la banda terrorista: “En el ministerio me dijeron que tuviese cuidado con ETA, diciéndome que era un problema español y no debía ocuparme demasiado. Yo dije ‘a ver, entre una banda de cobardes asesinos y la democracia española me piden que reflexione’. No tenía que reflexionar, la república francesa siempre estará al lado de la democracia española”, ha explicado, asegurando que “ETA ha sido la organización terrorista que ha matado a más personas en Europa”.

Una España unida contra el nacionalismo y el populismo

Así de contundente se ha mostrado el expresidente de Francia al ser preguntado por el problema nacionalista que se vive en España. Sarkozy ha explicado que este problema no es exclusivo de nuestro país y debe ser atendido por toda Europa, ya que, de lo contrario, se correría el riesgo a un posible efecto contagio entre los movimientos secesionistas que esperan su momento. “Contra los enemigos de la libertad debemos fraguar un proyecto alternativo al comunismo, al nacionalismo y al terrorismo. ¿Alguien entendería que Sarkozy hubiera pactado con los terroristas del Bataclán o con los movimientos independentistas de algunos departamentos franceses, yendo en contra del artículo 4 de la Constitución Francesa? Eso es lo que nos preguntamos nosotros”, ha espetado Casado.

“El separatismo no es simplemente un problema de España. Si España se desune toda Europa podría pagar ese precio. La desagregación produciría un efecto rebote en las tendencias secesionistas de todos los países. Para mí hay una España, unida, con Madrid como capital, con una corona con un rey que representa a su nación. Esto no puede cambiar nunca”, ha respondido Sarkozy.

Pero el exmandatario no se ha quedado ahí. Además de los nacionalismos, al igual que el resto de los líderes internacionales que han tenido la oportunidad de hablar en la convención, ha recordado que Europa se enfrenta a un grave problema con los populismos: “Yo soy europeo y francés. Europa es un compromiso vital. Para mí ser europeo es estar a favor del movimiento, del cambio y de las reformas. Europa se muere con la cobardía y nunca he querido eso. España y Europa se complementan. La derecha es apasionada, pero no timorata. Somos de derechas, pero no conservadores, ya que estamos a favor de la revolución y del cambio”, ha espetado, recordando que la derecha europea debe contrarrestar a esos populismos que “creen tener talento”. “Si pueden decir algo es porque nosotros no lo hacemos”, ha sentenciado.

Ampliar el espectro, la fórmula ganadora

El expresidente ha ahondado también en la desunión que experimenta la derecha española. Sarkozy ha compartido este miércoles el análisis que Casado lleva realizando desde que cayera en las pasadas elecciones, abogando por la vuelta a los orígenes y la reconstrucción del espectro en torno al PP: “Cuando uno es fuerte y poderoso la única estrategia posible es ampliar el espectro para reunir. Perdemos cuando nos estrechamos. Esta es la vía ganadora”, ha indicado el invitado.

Cabe recordar que el Partido Popular ya intentó absorber a Ciudadanos bajo la fórmula ‘España Suma’, pero los previamente liderados por Albert Rivera y actualmente encabezados por Inés Arrimadas han cerrado esta puerta sistemáticamente, pese a las continuas deserciones y cambios de bando. Según Sarkozy, el camino es imparable, ya que, siguiendo los principios de la ley de la gravedad, “el río pequeño acaba desembocando en el grande”.  “Hay que defender las ideas con firmeza. Yo creo en mis ideas, pero cuanto más fuerte sean en sus convicciones más tienen que tender la mano. La ley de la gravedad dice que los ríos pequeños se unen con los grandes. Hay que ser fuertes y abiertos en la política. Debemos trascender las oposiciones. Me dirán que es complicado, pero si quieren una vida sencilla no se metan en política”, ha asegurado.

El futuro de Europa

“Hemos hablado de Europa y me gustaría saber qué está pasando en el mundo con la retirada de Afganistán, la preponderancia de China y el nuevo eje geoestratégico que tanto ha afectado a Europa en su defensa”. Con estas palabras abría la veda Pablo Casado, preguntando a su interlocutor cómo deben ser las relaciones con Norteamérica y cómo articular el liderazgo europeo frente a estos problemas globales.

“Os quiero decir algo muy claro. Nuestros amigos americanos solo respetan a los fuertes. Yo soy amigo de EEUU, pero estoy de pie y no acostado. Si Europa no es fuerte será un empleado y nosotros no queremos ser el vasallo de la Casa Blanca”, ha arrancado el expresidente francés, asegurando que hoy en día “Europa no cuenta”. “El tema es el siguiente: el siglo XIX fue el siglo de las naciones europeas, el siglo XX fue el de EEUU por las dos guerras y el XXI es el de Asía por la demografía.

“A mí no me gustó lo que ocurrió en Afganistán. Hemos asistido a una debacle y no podemos estar satisfechos. Europa o refunda su funcionamiento o desaparecerá del mapa”, ha indicado Sarkozy, ante la atenta mirada de Casado, asegurando que Europa, actualmente, no es única y al menos debe dividirse en tres: la del euro, la de Schengen y la de la Unión. “La crisis migratoria no ha empezado todavía, no hemos visto nada. Lo que vendrá será mucho peor y me da igual que algunos se sientan horrorizados. En África en 20 años habrá 2500 millones de personas y no podemos dejar que la política de fronteras dependa solo de un comisario, sino que es necesario un gobierno de Schengen conformado por todos los ministros de Interior”, ha espetado.

Además, Sarkozy ha pedido que el FMI pase a mejor vida pidiendo un fondo exclusivamente europeo para que los americanos no metan sus manos en el euro: “Yo soy amigo de EEUU, pero no tiene ningún sentido que se preocupen por nuestro dinero, igual que nosotros no lo hacemos con el dólar”.

Por último, el expresidente francés ha pedido una reorganización de Europa que diga ‘basta’ al lema de que todos son iguales: “Cuando vino la crisis, nosotros no fuimos a Chipre, Malta o Luxemburgo, sino que hemos pactado con Italia, España o Alemania. Nosotros tenemos más responsabilidades que los demás y no todo el mundo tiene el mismo peso en Europa”, ha sentenciado.