El presidente del Gobierno tuvo una agenda apretada este miércoles. Tras abrir de forma oficial el curso político anunciando los seis ejes que marcarán la acción del Ejecutivo en los próximos meses, con especial mención a la resolución del problema de la vivienda, compareció a las puertas de La Moncloa para resolver la minicrisis en el Consejo de Ministros derivada del nombramiento de José Luis Escrivá como nuevo gobernador del Banco de España. Tras defender su idoneidad frente a aquellos que acusan al líder del Ejecutivo de colonizar las instituciones públicas, recordando la experiencia del ya exministro, procedió a anunciar los cambios en su equipo gubernamental: Óscar López, hasta ahora su jefe de Gabinete, asumirá la cartera de Transformación Digital y Diego Rubio avanzará posiciones y será la nueva mano derecha del presidente.
Un cambio de cromos obligado que no será el último. El nuevo curso político arranca con muchos retos por delante y con caras nuevas. Por el momento ya conocemos dos, pero la conformación del Ejecutivo de la Comisión Europea, que deberá ser anunciado por Úrsula Von der Leyen a no mucho tardar, supondrá una renovación en el Consejo de Ministros de un mayor calado por la previsible marcha de la todavía vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.
Con este cambio, Sánchez deberá escoger otro perfil que asuma las competencias de la cartera que queda desierta, una de las más importantes por el peso que le otorga el Gobierno y por el notable papel que ha desempeñado hasta el momento Ribera, muy codiciada y escuchada en Europa. Además, queda por ver si sigue elevando esa cartera a la vicepresidencia, si nombra a otro ministro vicepresidente o si se queda exclusivamente con María Jesús Montero y Yolanda Díaz como dirigentes por debajo en el cuadro orgánico del Ejecutivo.
Las preguntas al equipo del presidente del Gobierno son predecibles: ¿habrá algún cambio más, aparte del de Teresa Ribera? ¿Será una renovación simple o más estructural? ¿Qué pasará con la vicepresidencia tercera? Interrogantes que, por el momento, siguen sin respuesta y que solo conoce el presidente y su entorno más cercano. “No lo sabemos ni lo podemos saber”, responden. Secretismo total una vez más.
Y es que el presidente del Gobierno ha demostrado, a lo largo de los seis años al frente de La Moncloa, que es un auténtico experto en el cambio de ministros. Con varias crisis de Gobierno a sus espaldas, algunas de mayor calado y otras de forma obligada, como con la marcha de Nadia Calviño al Fondo Monetario Internacional, Sánchez ha sido capaz de promocionar caras nuevas, por lo general de perfil joven y muy politizado para confrontar discursivamente a la derecha.
No siempre ha sido tan fácil y algunas de estas reestructuraciones han sido más complejas y difíciles. Es el caso, por ejemplo, de la sustitución de la otrora vicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo o de José Luis Ábalos, todopoderoso ex secretario de Organización y ministro de Transportes. Está por ver a quién escoge esta vez, dada la dificultad de la empresa a afrontar, y por qué perfil opta: alguien técnico, conocedor de la materia, o alguien de la casa, más politizado y cercano al presidente.
Sánchez defiende sus primeros cambios
Una vez anunciada definitivamente la noticia del nombramiento de José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España, algo que hizo el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en una intervención a petición propia en el Congreso de los Diputados, llegaba el turno de Pedro Sánchez. Con los rayos del sol de primera hora de la tarde entornándole los ojos, volvía a adoptar esa pose presidencial tan común, ensayada y mejorada con el paso de los años para defender el nombramiento del otrora ministro de Transformación Digital: "Creo que pocos, muy pocos economistas, tienen el conocimiento, la experiencia y la altura de Estado que tiene José Luis Escrivá. Por eso estoy convencido de que será un excelente gobernador del Banco de España", indicaba.
En un discurso de cerca de 7 minutos, el presidente también tenía tiempo para hacer una valoración del resto de cambios en el Consejo de Ministros y en su gabinete. "Conozco a Óscar López desde hace mucho tiempo. Sé de su capacidad política, de su capacidad de trabajo, de su compromiso con el país", destacaba sobre Óscar López, nuevo ministro. “Ahora aportará su integridad, su rigor técnico y su visión transversal como director de Gabinete de la Presidencia del Gobierno para seguir preparando a España en el futuro que viene”, apuntaba sobre Diego Rubio.