El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha lamentado el boicot en el homenaje a las víctimas de los atentados terroristas de Las Ramblas y Cambrils (Tarragona) perpetrado por algunos manifestantes que han exigido “conocer la verdad”.

La petición de un grupo reducido de personas que este miércoles ha lanzado proclamas contra algunos de los políticos presentes en la Ciudad Condal y contra el Estado español guarda relación directa con unas declaraciones del excomisario José Manuel Villarejo que atribuían los ataques a un “error de cálculo” del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). En concreto del ex director de los servicios secretos, el general Félix Sanz Roldán. Según la versión del polémico policía, el CNI pretendía “dar un susto a Cataluña”.

“Es miserable”

Rufián se ha referido a todo esto a golpe de tuit para condenar lo ocurrido hoy junto al mosaico de Joan Miró. El dirigente catalán ha recordado que su grupo sigue exigiendo, junto a otras seis formaciones (Junts, CUP, Bildu, PdeCat, BNG y Més Mallorca) una comisión de investigación, pero que lo ha pasado esta mañana es “miserable” y “despreciable”, por lo que muestra para ello "la misma contundencia".

“No respetar un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas de un atentado es miserable”, ha subrayado a la vez que ha afeado que haya quienes quieran sacar “rédito político”. “No en mi nombre”.

Un acto sencillo, emotivo y boicoteado

El acto, si bien sencillo, no ha dejado por ello de ser emotivo, especialmente durante el minuto de silencio por los fallecidos el 17 de agosto de 2017 y cuando sus familiares han depositado claveles blancos en su honor.

Con todo, el homenaje se ha visto empañado por la presencia de un grupo de manifestantes que ha reclamado conocer “toda la verdad” a la vez que ha pitado y abucheado a algunos de los dirigentes políticos presentes en La Rambla.

En la avenida han estado, entre otros, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, la alcaldesa Ada Colau o la vicepresidenta segunda del Parlament, Assumpta Escarp (PSC). También han asistido la presidenta suspendida Laura Borrás, la del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, y la ministra Raquel Sánchez, ambas catalanas.  Algunos han sido recibidos al grito de “sinvergüenzas”. No así Borrás, a quien los manifestantes han aplaudido.