Un homenaje sencillo pero sentido que se ha visto enturbiado por un grupo de manifestantes que reclamaba a gritos “conocer la verdad”. Así se podría resumir la mañana de este 17 de agosto en Barcelona el mismo día en el que se cumplen cinco años de los atentados en la Ciudad Condal y Cambrils (Tarragona) que se cobraron la vida de 16 personas.

El acto en honor a los fallecidos ha tenido lugar en el mosaico de Joan Miró y a él han acudido, entre otros, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, la alcaldesa Ada Colau o la vicepresidenta segunda del Parlament, Assumpta Escarp (PSC). También han asistido la presidenta suspendida Laura Borrás, la del Congreso, Meritxell Batet y la ministra Raquel Sánchez, ambas catalanas.  

Algunos de ellos han recibido pitidos y abucheos por parte de varios de los presentes, que han tachado de “sinvergüenzas” a los dirigentes y han pedido saber “toda la verdad” sobre lo acontecido en aquel fatídico verano de 2017. Aunque no todos han sido recibidos de la misma manera. Borrás, por ejemplo, ha sido la más aplaudida.

“Les vamos a dar un pequeño susto a los catalanes”, ha dicho la decena de personas que se han postulado en el lugar, recordando las afirmaciones que hizo el excomisario Villarejo sobre una presunta vinculación entre el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el imán de Ripoll y los ataques en La Rambla y Cambrils. Los manifestantes han lanzado igualmente proclamas manteniendo que el “Estado español es un Estado de asesinos”.

Por otra parte, no han cesado en sus consignas ni siquiera durante el minuto de silencio o el momento en el que familiares han depositado claveles blancos en homenaje a los fallecidos.

Con ello, quienes han boicoteado el acto exponen estar molestos ante las últimas informaciones del excomisario y con la presencia de representantes de la Guardia Civil o el Gobierno en el homenaje por los fallecidos en lo que es, a su juicio, un crimen de Estado.

Los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 y 18 de agosto de 2017 provocaron 16 muertes y más de un centenar de heridos. La sentencia del caso reconoce a 350 víctimas por heridas físicas o daños psicológicos, aunque a día de hoy la Unidad de Atención y Valoración a Afectados por el Terrorismo (Uavat) todavía no ha logrado contactar con unas 250 de ellas para comunicarles que la sentencia les ha reconocido.