De todos los trabajos que le han surgido a Rafael Catalá desde que dejara de ser ministro de Justicia, y para los que no tiene el permiso obligatorio del Congreso de los Diputados, el más polémico es su puesto en el Patronato de la Fundación Atlético de Madrid. El club de fútbol está presidido por Enrique Cerezo, un polémico empresario vinculado a varios escándalos y con el que Catalá mantenía una fluida relación en su etapa de ministro, hasta el punto de que Cerezo reconoció haberle pedido ayuda con sus problemas judiciales.

Unos escándalos que a un ministro de Justicia le habrían valido la dimisión o el cese, pero que Catalá saldó con una reprobación del Congreso de los Diputados por sus tejemanejes, según los grupos que la votaron, para entorpecer investigaciones sobre corrupción. De hecho, Catalá aparecía nombrado de manera recurrente en las grabaciones de la Operación Lezo, en las conversaciones entre Enrique Cerezo e Ignacio González sobre el caso del ático de Estepona, en el que los dos estaban imputados, y llegó a mandar un SMS al expresidente madrileño en el que le deseaba que pronto “se cierren los líos”.

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González, que luego acabaría en prisión por la Lezo, llevaba tiempo siendo investigado por el ático de lujo que tenía en Estepona y que los investigadores sospechaban que era fruto de una comisión. Tras la adquisición siempre estuvo la sombra de Enrique Cerezo, presidente del Atlético de Madrid, puesto que la vivienda fue comprada por un empleado suyo, Rudy Valner, que hacía las veces de testaferro y que pagó el ático desde un paraíso fiscal en EEUU después de que la esposa de González visitara la vivienda.

SMS con Ignacio González

Tras ser nombrado ministro de Justicia, Catalá recibió la felicitación vía móvil de Ignacio González, a la que contestó con un mensaje revelador: "Gracias Nacho, un fuerte abrazo. Ojalá se cierren pronto los líos". Tras destaparse el escándalo, Catalá salió al paso diciendo que los “líos” no se referían “en absoluto a cuestiones judiciales”. Pero las grabaciones demostraron que mentían, pues González y Cerezo fueron grabados mientras comentaban el intercambio de mensajes y se referían a problemas judiciales vinculados a la corrupción.

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"A mí me puso el otro día un mensaje encantador, a ver si terminamos con los líos y tal… Bueno, vale macho, pues lo que quieras", le dijo González a Cerezo. A lo que el presidente del Atlético de Madrid recuerda que Catalá tiene iniciativa propia para ayudarles: “Yo, que le veo ahora con frecuencia por el tema del estadio... siempre se lo digo y siempre, pero es que no se lo tengo que decir, que siempre lo recuerda él".

En esa misma conversación, González pregunta a Cerezo si tiene “alguna noticia” de sus problemas judiciales, el empresario vuelve a jugar la carta del ministro de Justicia: "No, me encontré el otro día con, con Rafa. Y me dijo lo mismo, que lo estaban mirando, macho".

Influencia en el Ministerio

La influencia de Cerezo sobre Catalá era enorme, o al menos de ello presumía el empresario. Así se lo explicaba a González, en relación al intento de eliminar la figura de acusación popular, que Cerezo por error califica de particular y que dice que fue idea suya: "¿Te acuerdas qué dije yo, lo de las acusaciones particulares? Le dije, ¡no tenéis cojones a quitar y tal... lo van a quitar!". Tan solo dos semanas después de esta grabación, Catalá pedía en público que se limitara la figura de las acusaciones populares, una idea que mantendría durante toda la legislatura.

Hasta tal punto llegaba la cercanía de Cerezo y Catalá, que el empresario presumía ante Ignacio González de que le pedía ayuda sobre los problemas del caso Ático y que iba a “preguntarle por las comisiones rogatorias", las peticiones internacionales a paraísos fiscales para investigar el origen del dinero que pagó la vivienda de lujo en Estepona. "Yo tengo ganas de echarme un día a la cara a Rafa, porque Rafa yo creo que lo sabe", llega a decirle Cerezo a Catalá.

En el palco con el testaferro

La relación entre Catalá y Cerezo trascendía lo político e institucional y llegaba a lo privado. En mayo de 2016, el ministro de Justicia pudo disfrutar de la final de Champions entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid en Milán. Un lujo para muchos aficionados que él pudo disfrutar gratis en el palco vip, invitado por el club que preside Cerezo, frente a representantes madrileños como los líderes de Ciudadanos en la región y en la capital, Ignacio Aguado y Begoña Villacís. Un partido al que Cerezo también invitó a Rudy Valner, el testaferro que trabajaba para el empresario y que adquirió el ático de Ignacio González.

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No era la primera visita de Rafael Catalá al palco. Un año antes, en marzo de 2015, las cámaras le pillaron en el Vicente Calderón junto a Cerezo. El empresario todavía no estaba imputado en el caso ático, pero todas las investigaciones ya señalaban que el comprador de la vivienda era su empleado. El día siguiente, Catalá viajaba de visita a la Audiencia Provincial de Málaga, el juzgado que investigaba el caso Ático, y al Colegio de Abogados de la Ciudad.

Cambio de cromos

De hecho, en las grabaciones de Lezo, Cerezo le recuerda a González que Catalá "mantiene muy buena sintonía con todos los jueces", dentro de su estrategia para mover los hilos dentro de la Justicia y en su empeño por influir en la jueza del caso Ático, Isabel Conejo y en el fiscal jefe de Málaga, Juan Carlos López Caballero. Las conversaciones registradas, además, probaban que los candidatos por los que apostaban Cerezo y González para puestos relevantes luego coincidían con los elegidos por Catalá.

Ocurrió con el nombramiento de José Manuel Maza para fiscal general del Estado, ante lo que González es grabado afirmando “estamos contentos”, o la elección de Manuel Moix para la Fiscalía Anticorrupción, como quería el expresidente madrileño por ser alguien “bueno y serio”. Así se lo resumió González a Eduardo Zaplana en otra grabación: “Vamos a ver Eduardo, tenemos el Gobierno y el Ministerio de Justicia”.