El preacuerdo alcanzado por el PSC y ERC para investir a Salvador Illa presidente de la Generalitat, a cambio de una contrapartida de cesiones a la causa independentista, ha activado todas las alarmas del despacho transfronterizo de Carles Puigdemont, inquieto ante la posibilidad de volver a ser derrotado y, sobre todo, con la carga de cumplir su promesa de retorno sobre sus espaldas. Las bases de los republicanos tendrán la última palabra, este mismo viernes, y desde Junts buscan guiar el objetivo de su voto hacia el ‘no’ con el apoyo de los sectores díscolos de ERC.
“El preacuerdo asume en la práctica el marco político que el PSC ha intentado fijar desde el inicio del proceso de independencia, según el cual lo que existe es un conflicto entre catalanes y que es necesario resolver a partir de una mesa catalana”, han cargado los neoconvergentes contra el texto consensuado, pese a que este contempla una fiscalidad singular y el refuerzo de símbolos catalanes, entre otras cosas. No obstante, el problema real reconocido por la propia formación no es el acuerdo en sí, sino no ostentar la presidencia autonómica que negociará con el Gobierno central.
“Serían ahora Pedro Sánchez y Salvador Illa los encargados de desplegar los acuerdos en ámbitos, como la financiación, la lengua catalana o el reconocimiento nacional”, critican. Razón no les falta a los de Puigdemont, ya que el candidato del PSC ha sido el más votado en Cataluña, con siete escaños y 200.000 votos de diferencia con Junts, y es el único que puede ser investido presidente, dado que el independentismo no suma ni incluyendo a la extrema derecha catalana (AC).
Con esta fotografía, Puigdemont y su equipo ha optado por un contracampaña que señale al propio candidato, al que acusan de pertenecer a la “España del 155”. Asimismo, han cargado contra el aparato de la otra gran formación independentistas, menospreciando lo pactado Apenas 48 horas son las que le quedan a Junts para convencer a la militancia de ERC, a la que también azuzan los sectores republicanos más críticas con el acuerdo, agrupados en torno a Col·lectiu Primer d’Octubre y bajo la campaña ‘no con mi voto’ y con el mismo argumentario relativo al artículo 155.
“No compremos humo […] digamos no a Illa”, protestan a través de redes sociales, con el apoyo desde el Congreso de los Diputados de Pilar Vallugera. En frente, la dirección de Marta Rovira busca convencer. El viernes, en la votación, un apregunta: "¿Estás de acuerdo en que ERC vote a favor de la investidura del candidato socialista a cambio de la soberanía fiscal, la promoción y protección de la lengua catalana, la convención nacional para la resolución del conflicto político y el resto de las medidas acordadas?".