El PSOE lo tiene claro. Pese a persistir en el "profundo respeto" por el proceso de investidura, los socialistas encasillan la maniobra de Alberto Núñez Feijóo como un salvavidas particular. En el cuartel general de Ferraz creen que el líder del PP se aferra al flotador para "ganar tiempo", aunque también infieren que el mes que se ha dado de plazo "se le va a hacer muy largo". Lo creen a pies juntillas, en parte alentados por las voces discordantes que resuenan en las estancias de Génova 13. Voces autorizadas de la Ejecutiva se jactan en privado del "ruido atronador de los motores" en los boxes de los conservadores. Una alusión velada -o no tanto- a la siempre amenazante figura de Isabel Díaz Ayuso. Aunque no está sola. La escenificación de abrir la vía de Junts tampoco ha caído bien en Catalunya, dónde el jefe de la sucursal popular en la región, Alejandro Fernández, alzó la voz en público contra la nueva estrategia del PP nacional.

En público, tampoco se guardan las medias tintas. La proposición que ha llevado Feijóo a la reunión con Sánchez es, a ojos de los socialistas, clarificadora. Creen que evidencia la falta de proyecto del Partido Popular, cuyo líder busca una suerte de salvoconducto para alargar su estancia en la planta noble de Génova 13. "No está pensando en el país, sino en salvar su propio pellejo". Así de dura se mostró este pasado miércoles la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, en la rueda de prensa posterior al cónclave de la Ejecutiva, donde el presidente del Gobierno en funciones ha marcado la pauta a seguir durante este "largo mes" que le espera al candidato designado por Felipe VI para la investidura. Un plazo que, por cierto, según exponen fuentes de Moncloa, surgió del propio Feijóo a la presidenta del Congreso, Francina Armengol.

Más de un mes para evidenciar el “fracaso” del líder del Partido Popular en lo que en Ferraz y Moncloa catalogan como una "investidura falsa". “Nos hace perder el tiempo a los españoles y no entiende el mensaje que le mandaron los ciudadanos el 23J”, comentan fuentes próximas al gabinete de Pedro Sánchez. A pesar de las dificultades para cuadrar las cuentas, Feijóo, al menos bajo el calor del foco mediático, insiste en que tocará todos los palos habidos y por haber. Ello significa llamar a puertas que sabe que están cerradas de inicio, como la del Partido Nacionalista Vasco (PNV) o la más reciente de Junts; el partido que comanda el “enemigo público número uno de España”, que no es sino Carles Puigdemont desde su centro de mando en Waterloo (Bélgica).

El sonido del motor

Ya el 10 de agosto, cuando España se adentraba en la semana de constitución de las Cortes, Génova comenzó un proceso de ligera edulcoración. Los conservadores, si bien no abandonaron la tesis de que es el propio Puigdemont el que se salió de la legalidad, se refirieron a los escarceos fuera del paraguas de la Constitución en pasado. Eso sí, con todo tipo de matices; guardándose de posibles réplicas internas. “Una cosa es hablar con todos y otra muy distinta acordar”, llegó a verbalizar el número tres de la estructura conservadora, Elías Bendodo, ante los micrófonos de RNE, apelando a la “transversalidad” del Partido Popular. No fue el único. Cuca Gamarra y Esteban González Pons también agasajaron los oídos de los neoconvergentes. 

Este tímido acercamiento no cristalizó, por supuesto, en el resultado de la Mesa del Congreso, donde el PP cosechó el “segundo gran fracaso” de Feijóo tras un episodio tensional con Vox. Junts se arrimó al sol socialista, pero ello no es óbice para que en Génova se atrevan a usar -o al menos plantear- la carta del joker Puigdemont. Una jugada no exenta de riesgo, pues en el cuartel general de los conservadores se han escuchado ya las primeras voces disonantes con el mensaje oficial. Gruñidos provenientes del jefe conservador en Cataluña, Alejandro Fernández, que se entremezclan con la sospechosa parsimonia de la Puerta del Sol, cuya guardiana aún disfruta de sus vacaciones. De hecho, Isabel Díaz Ayuso dio la espalda al presidente del partido en el gran cónclave de Pontevedra de este pasado fin de semana. Ausencia, quizás, más que esclarecedora.

Un líder que "titubea"

Este es el camino que recorren las suspicacias de Ferraz. Fuentes de la Ejecutiva federal aluden directamente a estas quejas de forma velada, tanto en público como en privado. “Hay ruido de motores en Génova”, comentan desde el entorno de la cúpula socialista en una clara alusión a la presidenta de la Comunidad de Madrid y al líder popular en Cataluña. Este motivo arma el argumentario del PSOE de razones para pensar que la hoja de ruta fake del dirigente gallego es un “’por favor, dame tiempo’”. El desenlace es esperado por todos. Un nuevo “fracaso” que añadir al currículum de un Feijóo que “se va a ir a la oposición” con una estrategia “a la desesperada”. De hecho, el entorno de Pedro Sánchez airea que han notado “titubeante” al presidente del PP en el encuentro, aunque su lenguaje corporal ya avanzaba en esta dirección.

Estratagema para “salvar el pellejo”, pero que sume al país en una “inestabilidad” que el PSOE ha prometido combatir en cuanto tengan la oportunidad. Los socialistas dejarán que el peso del tiempo aprisione aún más a Feijóo y rehúyen de cualquier escenario posterior al 29 de septiembre, fecha en la que se celebrará la segunda votación y, previsiblemente, se consume la derrota del candidato. “Cuando llegue el momento hablaremos y nos reuniremos con todos los partidos a excepción de Vox”, avanzan fuentes del partido. Hasta entonces, el lema en Ferraz 70 es “prudencia y paciencia”.