El Partido Popular (PP) ha intensificado su acercamiento al partido independentista Junts, desatando recelos en el tablero político español. La estrategia, defendida este lunes por Miguel Tellado, portavoz del Grupo Popular en el Congreso, refleja una apuesta por alianzas pragmáticas en un contexto de alta fragmentación parlamentaria.

Para ser más precisos, Tellado ha subrayado la intención del PP de seguir colaborando con Junts en asuntos que mejoren “la calidad de vida de las personas”. En su comparecencia, el portavoz ha destacado el reciente pacto entre ambas formaciones para tumbar el impuesto a las energéticas, augurando nuevos acuerdos en 2025. “En todo lo que coincidamos, Junts encontrará nuestros votos”, ha declarado. Sin embargo, ha descartado cualquier posibilidad de reunirse con Puigdemont en Waterloo, asegurando que “el futuro de España se decide en España y desde el Congreso de los Diputados”.

Tellado ha hecho hincapié en que las relaciones con Junts se circunscriben al ámbito "parlamentario" y a la búsqueda de acuerdo para "mejorar la calidad de vida de las personas". "Aquí es lo donde se hace política, malo es que es tenga que ir a Suiza a decidir el futuro de España", ha abundado. Así, ha incidido en que los acuerdos alcanzados con los independentistas catalanes sirven para aprobar "bajadas de impuestos sin chantajes ni cesiones", a diferencia de los que ha sellado Sánchez, "que ha subastado todo su programa electoral cediendo lo que no estaba escrito con tal de ser presidente".

Sobre la posibilidad de que ese acercamiento a Junts acabe fructificando en una moción de censura, el portavoz se ha limitado a decir que en el PP van a seguir "trabajando para que en España se vislumbre claramente la existencia de una alternativa", mientras que el Ejecutivo de Sánchez vive "en la supervivencia absoluta". Un asunto (el de la moción de censura) sobre el que también se ha pronunciado el propio Sánchez, alertando sobre la doble vara de medir de los populares: "Si Junts, Vox y el PP quieren una moción de censura, están en su derecho. Cuando nosotros lo hicimos me llamaron okupa. Pero que Feijóo pueda llegar a acuerdos con Puigdemont en el Parlamento es un éxito de la ley de amnistía".

Sin embargo, el movimiento del PP para estrechar lazos con Junts no ha estado exento de críticas. Desde dentro del partido, figuras como Alejandro Fernández, líder del PP catalán, han advertido sobre los riesgos de esta estrategia. Fernández calificó a Puigdemont como “material tóxico” y alertó que todo el que se acerque a él “acaba quemado”. A pesar de estas advertencias, Tellado evitó polemizar, asegurando que los principales recelos provienen del PSOE, al que acusó de estar “tremendamente preocupado” por los avances entre PP y Junts.

Fuera del partido, las reacciones no han tardado en llegar. Vox, el principal aliado parlamentario del PP, se ha mostrado tajante en su rechazo. La formación liderada por Santiago Abascal ha calificado a Junts como “un partido liderado por un prófugo de la Justicia” y ha criticado duramente cualquier acercamiento con una organización que “odia a España y desprecia sus instituciones”. Por otro lado, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, también ha expresado su desacuerdo, afirmando con rotundidad que “no quiere nada con el nacionalismo”.

Una estrategia de alto riesgo

El liderazgo de Alberto Núñez Feijóo enfrenta un delicado equilibrio. El acercamiento a Junts se presenta como una herramienta para ampliar su influencia en un Congreso fragmentado, pero también amenaza con alienar a una parte de su base electoral, fortaleciendo a Vox como la alternativa más coherente dentro del espectro conservador. Este escenario ha generado divisiones internas en el PP entre quienes abogan por una línea dura contra el independentismo y quienes ven en el diálogo una oportunidad estratégica.

En contraste con la postura del PP, el PSOE ha utilizado este acercamiento como munición política. Fuentes socialistas consideran que los acuerdos entre Feijóo y Puigdemont desactivan las críticas que Pedro Sánchez ha recibido durante su mandato por pactar con partidos independentistas. “El mayor éxito de este Gobierno es que Feijóo haya pasado de querer ilegalizar a Junts a pedir su aprobación”, comentó con ironía un ministro socialista.

Junts ‘se crece’ en el Congreso

El partido de Puigdemont, que en el pasado protagonizó momentos de tensión con el Gobierno central, ha encontrado en el PP un inesperado aliado coyuntural. La coincidencia en temas fiscales, como la oposición al impuesto a las energéticas, ha permitido la construcción de puentes entre ambas formaciones. Junts, consciente de su papel clave en un Congreso sin mayorías claras, ha aprovechado la situación para posicionarse como un actor imprescindible en el juego político actual.

No obstante, la relación entre PP y Junts está marcada por desconfianzas mutuas. Tellado insistió en que los acuerdos alcanzados con los independentistas catalanes se han llevado a cabo sin “chantajes ni cesiones”, en contraste con las políticas de Pedro Sánchez, a quien acusó de “subastar” su programa electoral para mantenerse en el poder.

Además, la postura del PP ante el independentismo sigue siendo motivo de debate interno. Mientras un sector del partido ve en este acercamiento una oportunidad para demostrar pragmatismo político, otros temen que pueda interpretarse como un giro incoherente respecto a sus posturas tradicionales. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido una de las voces más críticas dentro del partido, cuestionando abiertamente cualquier tipo de colaboración con partidos nacionalistas.

Feijóo, Junts y un futuro incierto

En resumen, el panorama político que enfrenta el PP es complejo. Mientras busca consolidarse como una alternativa viable al Gobierno de Sánchez, los riesgos de su estrategia son evidentes. Un movimiento en falso podría debilitar su liderazgo, abrir nuevos frentes internos y reforzar a sus adversarios tanto dentro como fuera del espectro conservador. Además, esta estrategia de acercamiento podría dar a Vox un argumento para captar votantes descontentos con el giro pragmático del PP.

El PSOE, por su parte, ha intensificado sus críticas hacia el PP, destacando la aparente contradicción en su discurso. Para los socialistas, la postura de Feijóo evidencia una “falta de coherencia” al haber pasado de rechazar acuerdos con partidos independentistas a buscar activamente pactos con ellos. Esta narrativa ha sido utilizada por el Gobierno para reforzar su imagen como una opción más estable y coherente en el escenario político actual.

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