“Si queréis pagar con dinero negro, no es un problema”. Esta era una de las indicaciones que el fundador de Madeira Invest Club (MIC), Álvaro Romillo, quien entregara 100.000 euros en metálico a Alvise Pérez, daba a los que querían apuntarse al club financiero dirigido por él.
El creador del mencionado grupo explicaba en un vídeo a quienes se apuntaran al MIC de qué manera obrar para llevar a cabo una “evasión fiscal” que se produjera “dentro de la ley”. Con esos ‘trucos’, Romillo prometía una rentabilidad desde al 30% a través de algunas acciones.
Relojes y vehículos de lujoy hasta un complejo en República Dominicana
Las imágenes datan del pasado verano y ha tenido acceso a ellas El Independiente. La sucesión, durante los más de 60 minutos que estuvo hablando el empresario, estuvo marcado por preguntas de los seguidores acompañadas de saludos al Ministerio de Hacienda y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que ya le tenían en el foco de la polémica.
“Que os den por el culo”. Así se dirigió Romillo a sus “amigos” de la Agencia Tributaria, a los que mandaba “un besito”. “Y a los de la CNMV otro saludito más”, añadía. El vídeo que contiene estas expresiones se grabó en la sede física de una de las sociedades que estaban a su nombre y que exhibía vehículos de alta gama. Entretanto, la firma de criptomonedas había nacido en agosto del año anterior, con tan solo 1.000 socios, pero, aparentemente, funcionaba bien; por lo que tanto el fundador como su equipo decidieron abrir un cupo de 2.000 plazas más para los primeros que pagaran la cuota de entrada.
Entre algunas de las cuestiones que suenan llamativas en el vídeo se encuentran que el protagonista de este intenta camuflar constantemente que lo que dirige se corresponde con una plataforma de inversión. Por el contrario, lo describe como una empresa que hace de intermediaria entre gente que quiere comprar y vender cosas, dado que hay “una serie de impedimentos que hacen que una empresa pueda dedicarse a las inversiones”. Por ello, el MIC “gestiona el capital de terceros”.
En la grabación también habla de los “mensajitos” y “avisos” que le había enviado la CNMV, a la que no duda de tachar de “mafiosos”: “Obviamente, no estamos de acuerdo con ellos porque no pertenecemos al clan que ellos quieren que estén dentro de su grupo”.
Así funcionaba el “chiringuito” que financió a Alvise
La realidad es que en el MIC se podría adquirir desde coches hasta relojes pasando por colecciones de alcohol e incluso un enorme complejo en construcción en República Dominicana. El modus operandi parecía simple: la persona que accediera al club invertía una cantidad en un producto y pasado un tiempo el “chiringuito” -como lo define la CNMV- lo recompraba por un valor más alto.
El nivel económico de los inversores era alto; de ahí que la compañía tuviera que limitar los precios. “Tenemos miembros del MIC que sale una obra por un millón y dicen 'toma Luis, un millón' y a tomar por culo, no puede entrar nadie”, justifica para ello.
Sacaban obras al mercado asiduamente -con carácter semanal más o menos- y, según Romillo, se agotaban en seguida: “Hablamos de que hemos tenido obras de arte digital por ocho millones de euros que han sido completadas en apenas cinco minutos (…) Hemos tenido que reprogramar la página web entera”.
“Gente que está hasta los cojones de que le roben”
En cuanto a la forma de pagar, directamente daba igual. En la grabación, Tomillo emula que no era “un problema” si alguien quería “pagar en dinero negro” porque éste “no es dinero sucio”, sino “no fiscalizado”, lo cual, defendía, se escapaba de sus responsabilidades.
La persona conocida también como Luis Crypto se congratulaba de la “gran evolución” que habían experimentado tanto el club como “gente top” que forma parte de ella. “No hablo de gente rica, sino de gente que quiere ganar dinero desde fuera del sistema, que está hasta los cojones de que le roben y que lo que quiere es multiplicar su pasta sin tener que pagar impuestos dentro de lo que la ley permite”.
Siempre con la pretensión de “elusión fiscal”, defiende actuar en los márgenes como si esto no implicara saltarse la ley. Es más, fue así como defendió su manera de proceder cuando, durante la pandemia del Covid, recorrió diversos canales de youtubers famosos o se promocionaba en redes sociales: “No es que seamos mucho mejores que los demás, es que no pagamos impuestos porque la ley nos permite no pagarlos”.
En estos momento, la Audiencia Nacional ha dado luz verde a una investigación contra Tomillo por, entre otros delitos, el de blanqueo de capitales a través de ésta y otras de sus sociedades.