El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe este miércoles en el Palacio de la Moncloa al líder del Partido Popular, Pablo Casado, y a la líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, con el difícil objetivo de intentar reunir los apoyos necesarios para sacar adelantos los Presupuestos Generales del Estado.

Unas cuentas que han estado en boca de todos en los últimos días, después de que Unidas Podemos y PSOE volvieran a chocar al no compartir la estrategia de negociación de los mismos. La formación morada nunca ha ocultado su animadversión a que Ciudadanos tenga voz y voto en los Presupuestos, y siguen apostado por los socios de la moción de censura de 2018 y de la posterior investidura de Sánchez. “El PSOE sabe que con nosotros no va a contar unos Presupuestos con Ciudadanos”, señalaba se manera tajante este viernes la portavoz de Podemos, Isa Serra.

No obstante, para que fórmula preferida por los morados salga adelante, debería adherirse al bloque ERC, y los republicanos ya han manifestado en numerosas ocasiones su voluntad de no apoyar las cuentas del Estado.

Por ello, con ERC fuera de la ecuación, y teniendo en cuenta que para que los Presupuestos salgan adelante se necesita mayoría absoluta, el PSOE ha decidido redoblar esfuerzos para convencer a Ciudadanos. Ambas formaciones no ocultan que cada vez se sienten más cómodas, coincidiendo este entendimiento con el giro al centro emprendido desde que Arrimadas se hiciera con las naves de los naranjas.

En este sentido, este lunes la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, admitía durante una entrevista en RNE que hay “matices” dentro del seno del Gobierno de coalición, pero advertía de que “esto no es cuestión de voluntad, de elijo o no elijo”, sino de que “es una ley orgánica que necesita mayoría absoluta”.

De esta manera, Unidas Podemos, PSOE y Ciudadanos parecen condenados a entenderse, y en las últimas horas ya se han producido movimientos que van por esa dirección. Si hace unos días los morados se cerraban en banda a negociar con los naranjas, este lunes los de Pablo Iglesias decidían levantan el veto, después de que Sánchez y el propio Iglesias mantuvieran una reunión para abordar las diferencias entre ambas formaciones.

En dicho encuentro, PSOE y Podemos acordaron que Iglesias estuviera en la elaboración del borrador de los Presupuestos, así como conocer las líneas generales y poder participar en el techo de gasto, la antesala de las Cuentas del Estado y que se dará a conocer próximamente. Todo ello con el objetivo de dar una imagen de unidad que según fuentes socialistas se estaba perdiendo en las últimas semanas.

Y si Unidas Podemos ha moderado su tono, lo mismo ha pasado con Ciudadanos, quienes ya han asumido que negociaran los Presupuestos con ambas formaciones, aunque Arrimadas ha confiado en que sean “sensatos y moderados” y tengan “la menor ideología de Podemos posible”. “A nadie le sorprenderá que nos sentimos más cómodos, y hemos negociado más cosas, con el PSOE que con la otra parte del Gobierno”, ha afirmado la dirigente naranja en Onda Cero, quien ha hecho un llamamiento a no “perder ni un minuto” en hablar sobre los “problemas internos” del Ejecutivo.

Por su parte, el PNV ha anticipado que el portavoz de los jeltzales, Aitor Esteban, acudirá a “escuchar” a Sánchez: “Entendemos que hará un planteamiento sobre los Presupuestos, porque es en ese marco en el que anunció esta ronda, y esperamos sacar algo en claro sobre cuáles son los apoyos que quiere buscar para sacarlos adelante”.

Por último, si el apoyo de Ciudadanos parece bien encauzado, todo lo contrario sucede con el PP. Pese a los numerosos intentos del PSOE de seducir a los populares (el último a través del acto celebrado por Sánchez en la Casa de América este lunes ante empresarios, sindicatos y la sociedad civil), estos se niegan a abandonar el ‘no’. “Con los socios de Sánchez no podemos pactar los presupuestos”, señalaba el portavoz nacional del PP y alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. Una idea que ha repetido este martes el propio Casado en Espejo Público, quien ha asegurado que los azules no participaran en la elaboración de las cuentas “mientras Podemos tenga algún tipo de papel en esa negociación”.

Así las cosas, si la alianza PSOE-Podemos-Cs finalmente llega a buen puerto, y teniendo en cuenta el visto bueno del PNV, el Gobierno sumaría 171 votos y se quedaría únicamente a cinco escaños de los 176 necesarios para la mayoría absoluta. Una distancia que podrían salvar convenciendo a distintas formaciones como Compromís, Teruel Existe, el Partido Regionalista de Cantabria, Nueva Canarias o Coalición Canaria.